Ezequiel 19
19
Lamento por los reyes de Israel#19.1-14 El siguiente canto fúnebre se refiere a dos reyes de Judá, Joacaz y Joaquín, tomados prisioneros y llevados al exilio por los egipcios (v. 4) y por los babilonios (v. 9), respectivamente. La figura de la madre (vv. 2,10) es la personificación de todo el reino de Judá y quizá también de Jerusalén.
1»Y tú, hombre, dedica este canto fúnebre a los reyes de Israel:
2»“Tu madre#19.2 Tu madre: Cf. Is 50.1; Os 2.2(4). era una leona
que vivía entre leones.
Hizo su guarida entre ellos,
y allí crió a sus cachorros.
3A uno especialmente lo hizo crecer
hasta su pleno desarrollo.
Aprendió a desgarrar la presa,
y devoraba hombres.
4Las naciones oyeron hablar de él;
lo apresaron en una trampa,
y con ganchos lo arrastraron
hasta el país de Egipto.#19.3-4 Estos vv. aluden al faraón Necao y a la deportación de Joacaz a Egipto (2 R 23.33-35; Jer 22.10-12).
5Al ver la leona que su esperanza
quedaba frustrada por completo,
tomó otro de sus cachorros
y lo ayudó a desarrollarse.
6Hecho ya todo un león,
iba y venía entre los leones.
Aprendió a desgarrar la presa,
y devoraba hombres.
7Hacía destrozos en los palacios#19.7 Hacía destrozos en los palacios: según versiones antiguas. Heb. y conocía sus viudas.
y arruinaba las ciudades;
con sus rugidos
hacía temblar a todo el mundo.
8Entonces levantaron contra él
a los pueblos de las provincias vecinas;
le tendieron sus redes
y lo hicieron caer en la trampa.
9Con ganchos lo encerraron en una jaula
y se lo llevaron al rey de Babilonia;
allí lo metieron preso,
para que nadie volviera a oír sus rugidos
en las montañas de Israel.#19.5-9 Acerca del destierro del rey Joaquín a Babilonia, cf. 2 R 24.10-15; cf. también Jer 22.24-30, donde Joaquín recibe el nombre de Jeconías.
10»”Tu madre parecía una vid#19.10 Por tercera vez el profeta recurre al tema alegórico de la vid (Ez 15; 17.7-9). Aquí esa imagen se refiere al pueblo de Judá, del que surgió la dinastía real de David. Cf. Is 5.1-4; Jer 2.21.
plantada junto al agua,
fecunda y frondosa
gracias a la abundancia de riego.
11Sus ramas se hicieron tan fuertes
que llegaron a ser cetros de reyes,
y tanto creció
que llegó hasta las nubes.
Se destacaba por su altura
y por sus ramas frondosas.
12Pero la arrancaron con furia
y la echaron al suelo.
El viento del oriente la secó
y se le cayeron las uvas;
se secaron sus fuertes ramas
y las echaron al fuego.
13Ahora está plantada en el desierto,
en tierra seca y sedienta.
14De sus ramas sale un fuego
que devora sus retoños y sus frutos.
Ya no le quedan ramas fuertes
que lleguen a ser cetros de reyes.”»#19.11-14 Cf. Jer 52.1-11.
(Este es un canto fúnebre, y como canto fúnebre será usado.)
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Ezequiel 19: DHH94I
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.