Apocalipsis 22
22
1El ángel me mostró un río limpio, de agua de vida.#22.1 Ez 47.1; Zac 14.8; cf. Gn 2.10; Sal 46.4 (5). Cf. también Jn 4.10,14. En la visión de Ezequiel, el río salía del templo; aquí, sale del trono de Dios y del Cordero (véase Ap 21.22 n.). Véase Jn 7.37-38 nota. Era claro como el cristal, y salía del trono de Dios y del Cordero. 2En medio de la calle principal de la ciudad y a cada lado del río, crecía el árbol de la vida,#22.2 El árbol de la vida: Gn 2.9; Ap 2.7. que da fruto cada mes, es decir, doce veces al año; y las hojas del árbol sirven para sanar a las naciones.#Ez 47.12. 3Ya no habrá allí nada puesto bajo maldición.#22.3 Gn 3.17,22-24. A causa de la maldición del Génesis, al hombre se le había prohibido el acceso al árbol de la vida; en la nueva Jerusalén desaparece la maldición y nuevamente hay acceso a aquél. Cf. Zac 14.11 (gr.); Ro 8.20-21. El trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad, y sus siervos lo adorarán. 4Lo verán cara a cara,#Sal 17.15; Mt 5.8; 1~Jn 3.2. y llevarán su nombre en la frente.#22.4 Ap 7.3; nótese el contraste con Ap 13.16. 5Allí no habrá noche, y los que allí vivan no necesitarán luz de lámpara ni luz del sol, porque Dios el Señor les dará su luz,#22.5 Is 60.19-20; Zac 14.7; Ap 21.23. y ellos reinarán por todos los siglos.#Dn 7.18.
Epílogo#22.6-21 El libro termina con una serie de declaraciones y exhortaciones sin conexión entre sí, algunas dichas por el ángel (vv. 6,9-11) y otras por Jesús mismo (vv. 7,12-13,16,20), y entrelazadas con observaciones del autor.
6El ángel me dijo: «Estas palabras son verdaderas y dignas de confianza. El Señor, el mismo Dios que inspira a los profetas, ha enviado su ángel para mostrar a sus siervos lo que pronto va a suceder.»
7«¡Vengo pronto! ¡Dichoso el que hace caso del mensaje profético que está escrito en este libro!»#22.7 ¡Vengo pronto!: o ¡Vengo repentinamente! (aquí y en 22.12,20; cf. Ap 2.16; 3.11). Las palabras del ángel (v. 6) parecen quedar interrumpidas por las de Jesús. El resto del v. constituye la sexta «bienaventuranza» (véase Ap 1.3 nota), que pueden ser palabras de Jesús o bien del autor, y con las que se concluye el libro en la misma forma en que se inició (cf. Ap 1.3).
8Yo, Juan,#22.8 Yo, Juan: Ap 1.1,4,9. vi y oí estas cosas. Y después de verlas y oírlas, me arrodillé a los pies del ángel que me las había mostrado, para adorarlo. 9Pero él me dijo: «No hagas eso, pues yo soy siervo de Dios, lo mismo que tú y que tus hermanos los profetas y que todos los que hacen caso de lo que está escrito en este libro. Adora a Dios.»#Ap 19.10.
10También me dijo: «No guardes en secreto#22.10 No guardes en secreto: Lit. No selles; en contraste con Dn 8.26; 12.4,9. el mensaje profético que está escrito en este libro, porque ya se acerca el tiempo de su cumplimiento. 11Deja que el malo siga en su maldad, y que el impuro siga en su impureza; pero que el bueno siga haciendo el bien, y que el santo siga santificándose.»#22.11 Cf. Dn 12.10. Advertencia relacionada con el anuncio de la pronta y repentina venida del Señor.
12«Sí, vengo pronto, y traigo el premio que voy a dar a cada uno conforme a lo que haya hecho.#22.12 Cf. Jer 17.10; Mt 16.27. 13Yo soy el alfa y la omega, el primero y el último, el principio y el fin.»#22.12-13 Palabras de Cristo, que incluyen las dichas por Dios al principio del libro (véase Ap 1.8 nota).
14Dichosos#22.14 Dichosos: la séptima «bienaventuranza» (véase Ap 1.3 nota). los que lavan sus ropas#22.14 Ap 7.14; cf. 1 Jn 1.7. para tener derecho al árbol de la vida#22.14 Gn 2.9; cf. Ap 2.7. y poder entrar por las puertas de la ciudad. 15Pero fuera se quedarán los pervertidos,#22.15 Pervertidos: o malvados; Lit. perros (cf. Sal 22.16 [17],20 [21]; véase Flp 3.2 nota). los que practican la brujería, los que cometen inmoralidades sexuales, los asesinos, los que adoran ídolos y todos los que aman y practican el engaño.#22.15 Cf. Ap 21.8, que indica la suerte de los mismos que aquí se mencionan.
16«Yo, Jesús, he enviado mi ángel para declarar todo esto a las iglesias. Yo soy el retoño que desciende de David.#22.16 El retoño: alusión a Is 11.1,10; cf. Ap 5.5. Soy la estrella brillante de la mañana.»#22.16 La estrella brillante de la mañana: Cf. Ap 2.27-28; posible alusión a Nm 24.17.
17El Espíritu Santo y la esposa del Cordero#22.17 La esposa del Cordero: la iglesia (véase Ap 19.7-8 n.). dicen: «¡Ven!» Y el que escuche, diga: «¡Ven!» Y el que tenga sed, y quiera, venga y tome del agua de la vida sin que le cueste nada.#22.17 Is 55.1; Jn 4.10,14; 7.37.
18A todos los que escuchan el mensaje profético escrito en este libro, les advierto esto: Si alguno añade algo a estas cosas, Dios le añadirá a él las calamidades que en este libro se han descrito. 19Y si alguno quita algo del mensaje profético escrito en este libro, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa que en este libro se han descrito.#22.18-19 Este libro: es decir, el libro del Apocalipsis. Hay una probable alusión a Dt 4.2; 12.32 (13.1).
20El que declara esto,#22.20 El que declara esto: Lit. El que testifica de estas cosas: esto es, Jesucristo (cf. v. 16 y Ap 1.2). dice: «Sí, vengo pronto.»
Amén.#22.20 Amén: Véase Ap 1.6 nota. ¡Ven, Señor Jesús!#22.20-21 Ven, Señor Jesús: 1 Co 16.22-23; véase 1 Co 16.23 n.
21Que el Señor Jesús derrame su gracia sobre todos.
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Apocalipsis 22: DHH94I
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.