LUCAS 11
11
Jesús y la oración
(Mt 6.9-15; 7.7-11)
1Estaba Jesús una vez orando en cierto lugar. Cuando terminó, uno de sus discípulos le rogó:
–Señor, enséñanos a orar, lo mismo que Juan enseñaba a sus discípulos.#11.1 Sobre los discípulos de Juan, véase Mt 11.2 nota c.
2Jesús les contestó:
–Cuando oréis, decid:#11.2 Para un análisis de esta oración, véase Mt 6.9-13 n.
‘Padre,#11.2 Padre: La íntima relación que aquí se expresa refleja sin duda el transfondo del termino arameo abbá véase Ro 8.15 nota o. santificado sea tu nombre.#11.2 Santificado sea tu nombre: Véase Mt 6.9 nota k.
Venga tu reino.
3Danos cada día el pan que necesitamos.#11.3 Pr 30.8-9. Que necesitamos: Véase Mt 6.11 n.
4Perdónanos nuestros pecados,
porque también nosotros perdonamos
a todos los que nos han ofendido.#11.4 Los que nos han ofendido: lit. los que nos deben; véase Mt 6.12 n.
Y no nos expongas a la tentación.’
5También les dijo Jesús:
–Supongamos que uno de vosotros tiene un amigo, y que a medianoche va a su casa y le dice: ‘Amigo, préstame tres panes, 6porque otro amigo mío acaba de llegar de viaje a mi casa y no tengo nada que ofrecerle.’ 7Sin duda, aquel le contestará desde dentro: ‘¡No me molestes! La puerta está cerrada y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme a darte nada.’ 8Pues bien, os digo que aunque no se levante a dárselo por ser su amigo, se levantará por serle importuno y le dará cuanto necesite. 9Por esto os digo: Pedid y Dios os dará,#11.9 Dios os dará: lit. se os dará; con la forma pasiva o impersonal se evita la mención del nombre divino (cf. v. 13, y véase Mt 5.4 nota g). buscad y encontraréis, llamad a la puerta y se os abrirá. 10Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra#11.10 El que busca, encuentra: Cf. Dt 4.29; Is 55.6; Jer 29.13. y al que llama a la puerta, se le abre.#11.5-10 Cf. Lc 18.1-8; ambas parábolas, sobre el tema de la oración, aparecen únicamente en Lc (véase Lc 3.21 n.).
11“¿Acaso algún padre entre vosotros sería capaz de darle a su hijo#11.11 Algunos mss. insertan una piedra cuando le pide pan, o de darle. una culebra cuando le pide pescado? 12¿O de darle un alacrán cuando le pide un huevo? 13Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre que está en el cielo dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!#11.9-13 Jn 14.13-14; 15.7,16; 16.23-24; 1 Jn 3.21-22; 5.14-15.”
Acusación contra Jesús
(Mt 12.22-30; Mc 3.20-27)
14Jesús estaba expulsando un demonio que había dejado mudo a un hombre. Cuando el demonio salió, el mudo comenzó a hablar.#11.14 Mt 9.32-33. La gente se quedó asombrada, 15aunque algunos dijeron:
–Beelzebú, el jefe de los demonios, es quien ha dado a este hombre poder para expulsarlos.#11.15 Mt 9.34; 10.25. Beelzebú: el diablo; véanse Mt 12.24 n. e Índice temático.
16Otros, para tenderle una trampa, le pidieron una señal milagrosa del cielo.#11.16 Mt 12.38; 16.1; Mc 8.11; Jn 6.30. Del cielo: equivale a decir de Dios, sin usar el nombre sagrado. 17Pero él, que sabía lo que estaban pensando, les dijo:
–Todo país dividido en bandos enemigos se destruye a sí mismo, y sus casas se derrumban una tras otra. 18Así también, si Satanás se divide contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su poder? Digo esto porque afirmáis que yo expulso a los demonios por el poder de Beelzebú. 19Pues si yo expulso a los demonios por el poder de Beelzebú, ¿quién da a vuestros seguidores el poder para expulsarlos?#11.19 ¿Quién da... expulsarlos?: Véase Mt 12.27 n. Por eso, ellos mismos demuestran que estáis equivocados. 20Pero si yo expulso a los demonios por el poder de Dios,#11.20 El poder de Dios: lit. el dedo de Dios, designa la intervención especial de Dios con su poder. Cf. Ex 8.19. es que el reino de Dios ya ha llegado a vosotros.
21“Cuando un hombre fuerte y bien armado cuida de su casa, lo que guarda en ella está seguro. 22Pero si otro más fuerte que él llega y le vence, le quita las armas en las que confiaba y reparte sus bienes como botín.#11.21-22 Cf. Is 49.24-26.
23“El que no está conmigo está contra mí;#11.23 Mc 9.40; Lc 9.50. y el que conmigo no recoge, desparrama.
El regreso de un espíritu impuro
(Mt 12.43-45)
24“Cuando un espíritu impuro sale de un hombre, anda por lugares desiertos#11.24 Lugares desiertos: Véase Mt 12.43 n. en busca de descanso; pero, no encontrándolo, piensa: ‘Regresaré a mi casa, de donde salí.’ 25Al llegar, encuentra la casa barrida y arreglada. 26Entonces va y reúne otros siete espíritus peores que él y todos juntos se meten a vivir en aquel hombre, que al final queda peor que al principio.”
Lo que realmente cuenta
27Mientras Jesús decía estas cosas, una mujer gritó de en medio de la gente:
–¡Dichosa la mujer que te dio a luz y te crió!
28Él contestó:
–¡Dichosos más bien los que escuchan el mensaje de Dios y le obedecen!
Algunos piden una señal milagrosa
(Mt 12.38-42; Mc 8.12)
29La multitud seguía juntándose alrededor de Jesús, y él comenzó a decirles:
–La gente de este tiempo es malvada. Pide una señal milagrosa,#11.29 Cf. v. 16, y Mt 16.4; Mc 8.12. pero no se le dará otra señal que la de Jonás. 30Porque así como Jonás fue señal para la gente de Nínive,#11.30 Jonás... Nínive: Jon 3.3-4. así también el Hijo del hombre será señal para la gente de este tiempo. 31En el día del juicio, cuando se juzgue a la gente de este tiempo, la reina del Sur se levantará y la condenará; porque ella vino de lo más lejano de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón,#11.31 1 R 10.1-10; 2 Cr 9.1-12. y lo que hay aquí es más que Salomón.#11.31 Lo que hay aquí (vs. 31 y 32): Respecto al uso del género neutro, véase Mt 12.6 n. 32También los habitantes de Nínive se levantarán en el día del juicio, cuando se juzgue a la gente de este tiempo, y la condenarán; porque los de Nínive se convirtieron a Dios cuando oyeron el mensaje de Jonás,#11.32 El mensaje de Jonás: Jon 3.5. y lo que hay aquí es más que Jonás.
La lámpara del cuerpo
(Mt 5.15; 6.22-23)
33“Nadie enciende una lámpara y la pone en un lugar escondido o debajo de una vasija, sino en alto,#11.33 Mc 4.21; Lc 8.16. Acerca de la imagen empleada, véase Mt 5.15 con las notas correspondientes. para que los que entran tengan luz. 34Tus ojos son como la lámpara del cuerpo. Si tus ojos son buenos, todo tu cuerpo será luminoso; pero si son malos, tu cuerpo será oscuridad.#11.34 Respecto al contraste entre los ojos buenos y los ojos malos, véase Mt 6.22-23 n. Probablemente se refiera aquí a los ojos sanos (o, por el contrario, malos) que reciben (o rechazan) la iluminación del evangelio. 35Ten cuidado de que la luz que hay en ti no resulte oscuridad. 36Pues si todo tu cuerpo es luminoso y no hay oscuridad en él, todo en ti será tan claro como cuando una lámpara te alumbra con su luz.”
Jesús denuncia a los fariseos y a los maestros de la ley
(Mt 23.1-36; Mc 12.38-40; Lc 20.45-47)
37Cuando Jesús dejó de hablar, un fariseo le invitó a comer en su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa. 38Y como el fariseo se extrañase al ver que no había cumplido con el rito de lavarse las manos antes de comer,#11.38 Mt 15.1-2; Mc 7.1-2. Se trata de la tradición judía respecto a la purificación ritual; cf. Mc 7.2-4. 39el Señor le dijo:
–Vosotros los fariseos limpiáis por fuera el vaso y el plato, pero por dentro estáis llenos de lo que habéis obtenido mediante el robo y la maldad. 40¡Necios!, ¿no sabéis que el que hizo lo de fuera hizo también lo de dentro? 41Dad vuestras limosnas de lo que está dentro#11.41 Dad vuestras limosnas de lo que está dentro: otras posibles traducciones: dad de lo que está en vuestro poder, o de lo que tenéis dentro (del corazón). y así todo quedará limpio.
42“¡Ay de vosotros,#11.42 ¡Ay de vosotros...!: Véase Mt 23.13 nota k. fariseos!, que separáis para Dios la décima parte de la menta, de la ruda y de toda clase de legumbres, pero no hacéis caso de la justicia y el amor a Dios.#11.42 Lv 27.30; Am 5.21-24; Miq 6.8. Sobre la práctica de dar la décima parte de cosas de poca importancia, véase Mt 23.23 nota r. Esto es lo que se debe hacer, sin dejar de hacer lo otro.
43“¡Ay de vosotros, fariseos!, que deseáis los asientos de honor en las sinagogas y ser saludados con todo respeto en la calle.
44“¡Ay de vosotros, que sois como esas tumbas ocultas a la vista, que la gente pisotea sin darse cuenta!”#11.44 Quien tocaba una tumba quedaba ritualmente impuro (Nm 19.16). Véase Mt 23.27 n.
45Uno de los maestros de la ley le contestó entonces:
–Maestro, al decir esto nos ofendes también a nosotros.
46Pero Jesús dijo:
–¡Ay también de vosotros, maestros de la ley!, que cargáis a los demás con cargas insoportables y vosotros ni siquiera con un dedo queréis tocarlas.
47“¡Ay de vosotros!, que construís los sepulcros de los profetas a quienes mataron vuestros antepasados. 48Con eso dais a entender que estáis de acuerdo con lo que vuestros antepasados hicieron, pues ellos los mataron y vosotros construís sus sepulcros.#11.47-48 Véanse Mt 23.29 n. y 23.31 n.
49“Por eso, Dios dijo en su sabiduría: ‘Les mandaré profetas y apóstoles; a unos los matarán y a otros los perseguirán.’ 50Dios pedirá cuentas a la gente de hoy de la sangre#11.50-51 En sentido figurado, sangre se refiere aquí al asesinato; en el AT se dice que al asesino Dios le “pide cuentas de la sangre” de su víctima (cf. Gn 4.10; 9.5; Ez 33.6-8). de todos los profetas que fueron asesinados desde la creación del mundo, 51desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, a quien mataron entre el altar y el santuario.#11.50-51 Abel fue la primera víctima de asesinato mencionada en el AT (Gn 4.8), y Zacarías la última, teniendo en cuenta que 1er y 2º de Crónicas ocupan el último lugar en el canon hebreo; (2 Cr 24.20-22); véase Mt 23.35 n. Sí, os digo que Dios pedirá cuentas de la muerte de ellos a la gente de hoy.
52“¡Ay de vosotros, maestros de la ley!, que os habéis apoderado de la llave de la ciencia, y ni vosotros entráis ni dejáis entrar a los que quieren hacerlo.”#11.52 Cf. Mt 23.13.
53Cuando Jesús les dijo estas cosas, los maestros de la ley y los fariseos se llenaron de ira y comenzaron a molestarle con muchas preguntas, 54tendiéndole trampas para cazarlo en alguna palabra.
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Sociedad Bíblica de España