NÚMEROS 30
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Normas relativas a promesas y juramentos#30.1-16 En la sección siguiente se trata de promesas hechas por las mujeres. Estas normas son el reflejo de una sociedad en la que la mujer ocupaba una posición subordinada. Por tanto, la promesa solemne hecha por ella estaba sujeta a la autoridad del varón, excepto en el caso de la viuda o divorciada, es decir, cuando no había ningún hombre que pudiese salir responsable por ella (v. 9).
1Moisés dijo a los jefes de las tribus israelitas:
“El Señor ha ordenado 2que cuando una persona le haga una promesa o se comprometa formalmente con juramento, deberá cumplir su palabra y hacer todo lo que haya prometido.#30.2 La promesa (o el voto) hecho por un hombre tenía que cumplirse forzosamente (Dt 23.21-23; cf. Gn 28.20-22; Jue 11.30-31). En el caso de la mujer, por el contrario, el padre o el marido podían confirmar o anular la promesa (cf. vs. 3-15).
3“Cuando una mujer joven, que aún depende de su padre, haga una promesa al Señor o se comprometa a algo, 4si su padre, al enterarse de su promesa o compromiso, no dice nada en contra, estará obligada a cumplir su promesa o compromiso. 5Pero si su padre, al enterarse, no lo aprueba, entonces ya no estará obligada a cumplir su promesa o compromiso. Puesto que su padre no lo aprueba, el Señor no le exigirá que lo cumpla.
6“Cuando se trate de una mujer que haya hecho promesas al Señor o haya tomado un compromiso a la ligera, y que luego se case,#30.6 Y que luego se case: otra posible traducción: y es casada. 7si su marido, al enterarse, no le dice nada en contra, estará obligada a cumplir sus promesas y sus compromisos. 8Pero si su marido, al enterarse, no los aprueba, entonces ya no estará obligada a cumplir sus promesas y sus compromisos tomados a la ligera. El Señor no le exigirá que los cumpla.
9“Si la que hace una promesa es viuda o divorciada, estará obligada a cumplir todos los compromisos que contraiga.
10“Cuando una mujer casada haga una promesa o se comprometa a algo con juramento hallándose en casa de su marido, 11si su marido, al enterarse, no dice nada en contra ni desaprueba lo que hace, estará obligada a cumplir sus promesas y compromisos. 12Pero si su marido, al enterarse, los cancela, ya no estará obligada a cumplirlos, puesto que el marido se los canceló. El Señor no le exigirá que los cumpla.
13“El marido puede confirmar o cancelar cualquier promesa o juramento que haga su mujer y que la obligue a ayunar. 14Si él no dice nada en contra, y así pasa uno y otro día, con su silencio confirma todas las promesas o compromisos que ella haya tomado. 15Si los cancela un tiempo después de haberse enterado, entonces él se hace responsable del incumplimiento de la mujer.”
16Estas son las leyes que el Señor dio a Moisés sobre las relaciones entre el hombre y su mujer, y entre el padre y su hija cuando esta es joven y aún depende de su padre.
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