Un día, Jonatán, el hijo de Saúl, fue a ver a David en Hores, y a darle ánimo fortaleciendo su confianza en Dios. Le dijo:
–No tengas miedo, porque Saúl mi padre no podrá encontrarte. Tú llegarás a ser rey de Israel y yo seré el segundo en importancia. Esto, hasta Saúl mi padre lo sabe.