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1 Reyes 6:1-37

1 Reyes 6:1-37 NVI

Salomón comenzó a construir el templo del SEÑOR en el cuarto año de su reinado en Israel, en el mes de zif , que es el mes segundo. Habían transcurrido cuatrocientos ochenta años desde que los israelitas salieron de Egipto. El templo que el rey Salomón construyó para el SEÑOR medía veintisiete metros de largo por nueve metros de ancho y trece metros y medio de alto. El vestíbulo de la nave central del templo medía también nueve metros de ancho y por el frente del templo sobresalía cuatro metros y medio. Salomón también mandó colocar en el templo ventanales con celosías. Alrededor del edificio, y contra las paredes de la nave central y del santuario interior, construyó un anexo con celdas laterales. El piso inferior del anexo medía dos metros con veinticinco centímetros de ancho; el piso intermedio, dos metros con setenta centímetros, y el piso más alto, tres metros con quince centímetros. Salomón había mandado hacer salientes en el exterior del templo para que las vigas no se empotraran en la pared misma. En la construcción del templo solo se emplearon piedras de cantera ya labradas, así que durante las obras no se oyó el ruido de martillos ni de piquetas, ni de ninguna otra herramienta. La entrada al piso inferior se hallaba en el lado sur del templo; una escalera de caracol conducía al nivel intermedio y a la planta alta. Salomón terminó de construir el templo techándolo con vigas y tablones de cedro. A lo largo del templo construyó el anexo, el cual tenía una altura de dos metros con veinticinco centímetros y quedaba unido a la pared del templo por medio de vigas de cedro. La palabra del SEÑOR vino a Salomón y le dio este mensaje: «Ya que estás construyendo este templo, quiero decirte que, si andas según mis decretos, y obedeces mis leyes y todos mis mandamientos, yo cumpliré por medio de ti la promesa que le hice a tu padre David. Entonces viviré entre los israelitas, y no abandonaré a mi pueblo Israel». Cuando Salomón terminó de construir la estructura del templo, revistió las paredes interiores con tablas de cedro, artesonándolas desde el suelo hasta el techo; el suelo lo recubrió con tablones de pino. En el santuario interior, al fondo del templo, acondicionó el Lugar Santísimo, recubriendo el espacio de nueve metros con tablas de cedro desde el suelo hasta el techo. Frente al Lugar Santísimo estaba la nave central, la cual medía dieciocho metros de largo. El interior del templo lo recubrió de cedro tallado con figuras de calabazas y flores abiertas. No se veía una sola piedra, pues todo era de cedro. Salomón dispuso el Lugar Santísimo del templo para que se colocara allí el arca del pacto del SEÑOR. El interior de este santuario, que medía nueve metros de largo por nueve metros de alto, lo recubrió de oro puro, y también recubrió de cedro el altar. Además, Salomón recubrió de oro puro el interior del templo, y tendió cadenas de oro a lo largo del frente del Lugar Santísimo, el cual estaba recubierto de oro. En efecto, recubrió de oro todo el santuario interior, y así mismo el altar que estaba delante de este. Salomón mandó esculpir para el santuario interior dos querubines de madera de olivo, cada uno de los cuales medía cuatro metros y medio de altura. De una punta a otra, las alas extendidas del primer querubín medían cuatro metros y medio, es decir, cada una de sus alas medía dos metros y veinticinco centímetros. Las del segundo querubín también medían cuatro metros y medio, pues los dos eran idénticos en tamaño y forma. Cada querubín medía cuatro metros y medio de altura. Salomón puso los querubines con sus alas extendidas en medio del recinto interior del templo. Con una de sus alas, cada querubín tocaba una pared, mientras que sus otras alas se tocaban en medio del santuario. Luego Salomón recubrió de oro los querubines. Sobre las paredes que rodeaban el templo, lo mismo por dentro que por fuera, talló figuras de querubines, palmeras y flores abiertas. Además, recubrió de oro los suelos de los cuartos interiores y exteriores del templo. Para la entrada del Lugar Santísimo, Salomón hizo puertas de madera de olivo, con jambas y postes pentagonales. Sobre las dos puertas de madera de olivo talló figuras de querubines, palmeras y flores abiertas, y todas ellas las recubrió de oro. Así mismo, para la entrada de la nave central hizo postes cuadrangulares de madera de olivo. También hizo dos puertas de pino, cada una con dos hojas giratorias. Sobre ellas talló figuras de querubines, palmeras y flores abiertas, y las recubrió de oro bien ajustado al relieve. Las paredes del atrio interior las construyó con tres hileras de piedra labrada por cada hilera de vigas de cedro. Los cimientos del templo del SEÑOR se habían echado en el mes de zif del cuarto año del reinado de Salomón

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