Salmo 34:4-22
Salmo 34:4-22 NVI
Busqué al SEÑOR, y él me respondió; me libró de todos mis temores. Radiantes están los que a él acuden; jamás su rostro se cubre de vergüenza. Este pobre clamó, y el SEÑOR lo oyó y lo libró de todas sus angustias. El ángel del SEÑOR acampa en torno a los que lo temen; a su lado está para librarlos. Probad y ved que el SEÑOR es bueno; dichosos los que en él se refugian. Temed al SEÑOR, vosotros sus santos, pues nada les falta a los que le temen. Los leoncillos se debilitan y tienen hambre, pero a los que buscan al SEÑOR nada les falta. Venid, hijos míos, y escuchadme, que voy a enseñaros el temor del SEÑOR. El que quiera amar la vida y gozar de días felices, que refrene su lengua de hablar el mal y sus labios de proferir engaños; que se aparte del mal y haga el bien; que busque la paz y la siga. Los ojos del SEÑOR están sobre los justos, y sus oídos, atentos a sus oraciones; el rostro del SEÑOR está contra los que hacen el mal, para borrar de la tierra su memoria. Los justos claman, y el SEÑOR los oye; los libra de todas sus angustias. El SEÑOR está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido. Muchas son las angustias del justo, pero el SEÑOR lo librará de todas ellas; le protegerá todos los huesos, y ni uno solo le quebrarán. La maldad destruye a los malvados; serán condenados los enemigos de los justos. El SEÑOR libra a sus siervos; no serán condenados los que en él confían.