2 SAMUEL 16
16
1Apenas David había cruzado la cima, cuando le salió al encuentro Sibá, el criado de Mefibóset, con un par de burros aparejados y cargados con doscientos panes, cien racimos de pasas, cien higos y un pellejo de vino.#9,1-13; 19,25-31. 2El rey le preguntó:
—¿Qué pretendes con eso?
Y Sibá respondió:
—Los burros son para que suba la familia del rey; los panes y los frutos, para que coman los muchachos; y el vino, para que beban los que desfallezcan en el desierto.
3El rey le preguntó:
—¿Y dónde está el hijo de tu amo?
Sibá le respondió:
—Se ha quedado en Jerusalén, pensando que la casa de Israel le devolverá ahora el reino de su padre.
4El rey dijo a Sibá:
—Todo lo de Mefibóset ahora es tuyo.
Y Sibá le dijo:
—¡Me postro a tus pies! ¡Que pueda seguir contando con el favor de mi señor el rey!
5Cuando el rey David llegó a Bajurín, salió de allí un pariente de Saúl, llamado Simeí, hijo de Guerá. Salía insultando #19,17-24. 6y tirando piedras a David y a todos los servidores del rey, a pesar de que la gente y los guerreros iban a su lado. 7Simeí lo maldecía diciendo:
—¡Vete, vete, asesino despiadado! 8El Señor te ha castigado por todos los crímenes contra la familia de Saúl, cuyo trono has usurpado, y ha entregado el reino en poder de tu hijo Absalón. ¡Ahora te sobreviene la desgracia por ser un asesino!
9Abisay, el hijo de Seruyá, dijo al rey:
—¿Por qué ese perro muerto ha de insultar a mi señor el rey? Déjame que vaya y le corte la cabeza.
10Pero el rey le contestó:
—¡Esto no es asunto vuestro, hijos de Seruyá! Si me maldice porque Dios le ha ordenado que maldiga a David, ¿quién va a pedirle cuentas?
11Luego David siguió diciendo a Abisay y a todos sus servidores:
—Si mi propio hijo, salido de mis entrañas, atenta contra mi vida, ¿qué no podrá hacer un benjaminita? ¡Dejadlo que maldiga, pues el Señor se lo ha mandado! 12Tal vez el Señor tenga en cuenta mi aflicción y recompense con bendiciones estas maldiciones de hoy.
13David y sus hombres siguieron su camino, mientras que Simeí los seguía por la ladera del monte, maldiciendo, tirando piedras y levantando polvo. 14David y toda la gente que lo acompañaba llegaron agotados al Jordán#16,14: al Jordán: Así varios manuscritos griegos; el texto hebreo omite esta indicación geográfica. y descansaron allí.
Absalón en Jerusalén
15Absalón entró en Jerusalén con todo el grupo de israelitas. También lo acompañaba Ajitófel.#15,32-37. 16Cuando Jusay, el arquita amigo de David, llegó ante Absalón, le dijo:
—¡Viva el rey, viva el rey!
17Absalón le replicó:
—¿Esta es la lealtad que profesas a tu amigo? ¿Por qué no te has ido con tu amigo?
18Jusay respondió a Absalón:
—No. Yo solo estaré y viviré con aquel al que han elegido tanto el Señor como este pueblo y todos los israelitas. 19Además, ¿a quién voy a servir yo, sino a su hijo? De la misma manera que serví a tu padre, te serviré a ti.
20Entonces Absalón dijo a Ajitófel:
—Aconsejadme qué debemos hacer.
21Ajitófel dijo a Absalón:
—Acuéstate con las concubinas que tu padre dejó al cuidado del palacio. Así se enterará todo Israel de que te has enfrentado a tu padre y reforzarás los ánimos de todos tus partidarios.#12,11-12; 15,16.
22Inmediatamente le pusieron a Absalón una tienda en la terraza y él se acostó con las concubinas de su padre a la vista de todo Israel.
23Los consejos que daba Ajitófel en aquella época se valoraban como oráculos divinos. Y eso valía para todos los consejos que dio, tanto a David como a Absalón.
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