HECHOS 1
1
Introducción (1,1-26)
La promesa del Espíritu Santo
1Querido Teófilo: En mi primer libro me ocupé de lo que hizo y enseñó Jesús desde sus comienzos#Lc 1,1. 2hasta el día en que subió al cielo, una vez que, bajo la acción del Espíritu Santo, dio las oportunas instrucciones a los apóstoles que había elegido.#Mt 28,16-20; Mc 16,12-19; Lc 24,36-51; Jn 20,19-22.26; 21,1-14 (ver Hch 13,31). 3A estos mismos apóstoles se presentó después de su muerte y les dio pruebas abundantes de que estaba vivo, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles del reino de Dios.
4Con ocasión de una comida que tuvo con ellos, les ordenó:
—No os marchéis de Jerusalén; esperad a que el Padre cumpla la promesa de que os hablé;#ver 2,33; Lc 24,49; Jn 14,15-17; 15,26; 16,7.13-15; Ga 3,14; Ef 1,13. 5porque Juan bautizaba con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días.#ver 11,16; Lc 13,16 y par.; Jn 1,33.
La ascensión de Jesús
6Los que lo acompañaban le preguntaron:
—Señor, ¿vas a restablecer ahora el reino de Israel?
7Jesús les contestó:
—No es cosa vuestra saber la fecha o el momento que el Padre se ha reservado fijar.#Mt 24,36 y par. 8Vosotros recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre vosotros y os capacitará para que deis testimonio de mí en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta el último rincón de la tierra.#1,22; 2,32; 3,15; 4,33; 5,32; 8,25; 10,39-41; 13,31; 22,15.18.20; 23,11; 26,16.22; Lc 24,48; Jn 15,27.
9Y, dicho esto, lo vieron elevarse, hasta que una nube lo arrebató de su vista.#Ex 13,21-22; Dn 7,13 (ver 2 Re 2,9-13); Mt 17,5 y par.; 24,30 y par.; 26,64 y par.; Mc 16,19; Lc 24,51. 10Estaban aún contemplando sin pestañear cómo se alejaba en el cielo, cuando dos personajes vestidos de blanco se presentaron ante ellos#Lc 24,4. 11y les dijeron:
—Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? Estad seguros de que el mismo Jesús que ha sido arrebatado de entre vosotros para subir al cielo, igual que lo habéis visto ir al cielo, volverá.#Mt 24,30 y par.; Lc 21,27; Ap 1,7.
Elección del sucesor de Judas
12Regresaron entonces a Jerusalén desde el llamado monte de los Olivos, lugar cercano a la ciudad, de la que distaba el trayecto que se permitía recorrer en sábado. 13Cuando llegaron, subieron al piso en que se alojaban; eran Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas, hijo de Santiago.#Mt 10,2-4 y par. 14Todos estos, junto con las mujeres, con María la madre de Jesús y con los hermanos de este, oraban constantemente en íntima armonía.#Mt 12,46; 13,55; Mc 3,31; 6,3; Jn 2,12. 15Uno de aquellos días, Pedro, puesto en pie en medio de los hermanos, que formaban un grupo de unas ciento veinte personas, habló como sigue:
16—Hermanos, tenía que cumplirse lo que el Espíritu Santo anunció de antemano en la Escritura por medio de David, referente a Judas, el guía de los que detuvieron a Jesús. 17Era uno de los nuestros y había tomado parte en nuestra tarea. 18Pero después, con el producto de su delito, compró un campo, se tiró de cabeza desde lo alto y reventó por medio, desparramándose todas sus entrañas.#Mt 23,1-10 (ver 27,3-10). 19Este suceso se divulgó entre todos los habitantes de Jerusalén, por lo cual llamaron a aquel lugar, en su propio idioma, Hacéldama, es decir, «campo de sangre». 20Todo esto está escrito en el libro de los Salmos:
Que su mansión se vuelva un desierto
y no haya quien habite en ella.
Y también:
Que otro ocupe su cargo. #
Sal 69,25; 109,8.
21Se impone, por tanto, que alguno de los hombres que nos acompañaron durante todo el tiempo en que Jesús, el Señor, se encontraba entre nosotros#Lc 1,2; Jn 15,27., 22desde los días en que Juan bautizaba hasta que fue arrebatado de nuestro lado, se agregue a nuestro grupo para ser con nosotros testigo de su resurrección.#1,8.
23Así que propusieron a dos: a José, llamado Barsabás, y apodado «el Justo», y a Matías. 24Luego hicieron esta oración: «Señor, tú que conoces a todos en lo íntimo de su ser, manifiesta a cuál de estos dos has escogido 25para que ocupe, en este ministerio apostólico, el puesto del que renegó Judas para irse al lugar que le correspondía». 26A continuación echaron suertes, y le tocó a Matías, quien fue agregado al grupo de los otros once apóstoles.
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