HECHOS 10
10
La visión del romano Cornelio
1Vivía en Cesarea un romano llamado Cornelio, capitán del batallón que llevaba el nombre de «el Itálico».#10,30-33. 2Era hombre religioso y, junto con su familia, rendía culto al Dios verdadero. Ayudaba generosamente con sus limosnas al pueblo necesitado y oraba a Dios continuamente.#3,12; 9,36; 10,4.7.31; 11,14; 16,15.31; 18,8; 1 Tm 3,16; 4,7-8; 2 Tm 3,5.12; 2 Pe 1,6. 3Un día, sobre las tres de la tarde, tuvo una visión en la que vio claramente a un ángel de Dios que se dirigió a él y le dijo:
—¡Cornelio!#7,55-56; 9,10.12; 11,5; 16,9-10; 18,9.
4Atemorizado, miró fijamente al ángel y le preguntó:
—¿Qué quieres, Señor?
El ángel le contestó:
—Dios ha tomado en consideración tus oraciones y tus limosnas. 5Por tanto, envía enseguida alguien a Jope que haga venir aquí a un tal Simón, a quien se conoce también como Pedro.#Mt 4,5. 6Actualmente está hospedado en casa de otro Simón, un curtidor que vive junto al mar. 7Apenas salió el ángel que le había hablado, Cornelio llamó a dos criados y a uno de sus soldados asistentes que era hombre religioso, 8los puso en antecedentes de todo lo ocurrido y los mandó a Jope.
La visión de Pedro
9Al día siguiente, mientras los enviados iban aún de camino, ya cerca de la ciudad, Pedro subió a la terraza para orar a eso del mediodía. 10De pronto, sintió hambre y quiso comer algo. Estaban preparándoselo, cuando cayó en éxtasis 11y vio que el cielo se abría y que algo así como un enorme lienzo descendía, colgado de sus cuatro puntas, y se posaba sobre la tierra.#Mt 3,16. 12Había en él toda clase de cuadrúpedos, reptiles y aves.#11,6; Gn 1,21.24. 13Y oyó una voz que le decía:
—¡Anda, Pedro, mata y come!
14—De ninguna manera, Señor —respondió Pedro—. Jamás he comido nada profano o impuro.#Lv 11,1-47; Ez 4,14.
15La voz se oyó por segunda vez:
—Lo que Dios ha purificado, no lo consideres tú profano.#Mc 7,15-23.
16Esto se repitió hasta tres veces y, a continuación, aquel objeto fue subido al cielo.
17Estaba Pedro perplejo preguntándose qué significado tendría la visión, cuando los enviados de Cornelio, tras averiguar dónde estaba la casa de Simón, se presentaron a la puerta 18y preguntaron en voz alta:
—¿Se aloja aquí Simón, al que llaman Pedro?
19Entonces el Espíritu dijo a Pedro, que seguía preguntándose intrigado por el sentido de la visión:
—Ahí abajo hay tres hombres que te buscan. 20Baja enseguida y acompáñalos. No tengas ningún reparo, porque los he enviado yo.
21Pedro bajó al encuentro de aquellos hombres y les dijo:
—Yo soy el que buscáis. ¿A qué se debe vuestra visita?
22—Venimos de parte del capitán Cornelio —respondieron—. Es un hombre recto que rinde culto al verdadero Dios y a quien todos los judíos aprecian de veras. Un ángel de Dios le ha indicado que te haga llegar a su casa para oír lo que tengas que decirle.
23Pedro los invitó a pasar la noche allí y, al día siguiente, se puso en camino con ellos, acompañado por algunos hermanos de Jope.
Pedro en casa de Cornelio
24Un día después llegaron a Cesarea, donde Cornelio estaba ya esperándolos junto con sus familiares y amigos íntimos. 25Cuando llegó Pedro, salió a recibirlo y se postró a sus pies en actitud de adoración.#14,13-15; Ap 19,10.
26—Ponte de pie —le dijo Pedro mientras lo ayudaba a levantarse—, pues también yo soy simplemente un hombre.
27Entraron en la casa conversando y Pedro dijo a las numerosas personas que encontró reunidas allí:
28—Como sabéis, a un judío le está prohibido relacionarse con extranjeros o entrar en sus casas. Pero Dios me ha hecho comprender que a nadie debo considerar profano o impuro. 29Por eso, no tuve inconveniente en venir cuando me llamasteis. Deseo saber por qué razón me habéis hecho venir.
30Entonces Cornelio respondió:
—Hace cuatro días, a esta misma hora, estaba yo aquí en mi casa ocupado en la oración de la tarde, cuando, de pronto, se presentó ante mí un hombre vestido con una túnica resplandeciente.#1,10; Lc 24,4. 31Me dijo: «Cornelio, Dios ha escuchado tu oración y ha tenido en cuenta tu generosidad con los pobres. 32Por tanto, envía a alguien a Jope para que haga venir a Simón, a quien se conoce también como Pedro; se hospeda en casa de otro Simón, un curtidor que vive junto al mar». 33De modo que mandé enseguida a buscarte, y tú te has dignado venir. Aquí, pues, nos tienes a todos, en presencia de Dios, dispuestos a escuchar todo cuanto el Señor te haya encargado decirnos.
Discurso de Pedro
34Pedro tomó entonces la palabra y se expresó en estos términos:
—Ahora comprendo verdaderamente que para Dios no existen favoritismos.#Dt 10,17; Rm 2,11; Ga 2,6; Ef 6,9; Col 3,25; 1 Pe 1,17. 35Toda persona, sea de la nación que sea, si es fiel a Dios y se porta rectamente, goza de su estima.#Jn 9,31; Rm 14,18. 36Fue Dios quien dirigió su mensaje a los israelitas y les anunció la buena noticia de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos.#Is 52,7; Na 2,1; Rm 10,12; Ap 19,16. 37Hablo —ya sabéis— de lo acaecido a lo largo y ancho de todo el país judío, comenzando por Galilea, después que Juan proclamó su bautismo.#Mt 3,6; 4,12.17; Mc 1,4.14. 38De cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y lo llenó de poder; de cómo Jesús pasó por todas partes haciendo el bien y curando a todos los que padecían oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.#Is 61,1; Lc 3,21-22; 4,18-21; Jn 3,2. 39Y nosotros somos testigos de todo lo que hizo en territorio judío, especialmente en Jerusalén. Después lo mataron colgándolo de un madero.#1,8; 3,13-15; 13,28; Ga 3,13. 40Pero Dios lo resucitó al tercer día y le permitió aparecerse,#1,4; 2,24; Lc 9,22 y par.; 24,7.30.42.46; Jn 14,19.22; 21,12-13; 1 Co 15,4. 41no a todo el pueblo, sino a nosotros los que fuimos escogidos de antemano por Dios como testigos y tuvimos ocasión de comer y beber con Jesús después de que resucitó de la muerte. 42Pues bien, Jesús ha sido quien nos ha mandado anunciar su mensaje al pueblo y proclamar que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos.#17,13; Rm 14,9; 2 Tm 4,1; 1 Pe 4,5. 43Y los profetas, por su parte, testifican unánimemente que todo el que crea en él alcanzará, por su medio, el perdón de los pecados.#Is 33,24; 53,5-6; Jr 31,34; Dn 9,24.
También los no judíos reciben el Espíritu Santo
44Todavía estaba Pedro exponiendo estas razones, cuando el Espíritu Santo descendió sobre todos los que oían el mensaje.#2,3-4; 11,15; 15,8. 45Los creyentes judíos que habían llegado con Pedro estaban sorprendidos de que también sobre los no judíos se derramase el don del Espíritu Santo. 46Los oían, en efecto, hablar en idiomas desconocidos y proclamar la grandeza de Dios. Pedro dijo entonces:#2,4.11.17; 19,6; Mc 16,17; 1 Co 12,10.30; 14,4-6.
47—¿Puede negarse el bautismo a estas personas que han recibido, como nosotros, el Espíritu Santo?#8,36; 11,17.
48Seguidamente dispuso que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo. Ellos, por su parte, le rogaron que se quedara allí algunos días.#2,38; 8,16; 19,5.
Actualmente seleccionado:
HECHOS 10: BLP
Destacar
Compartir
Copiar
¿Quieres tener guardados todos tus destacados en todos tus dispositivos? Regístrate o inicia sesión
La Palabra (BLP) versión española Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2010 Utilizada con permiso