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ÉXODO 13:1-16

ÉXODO 13:1-16 BLP

El Señor dijo a Moisés: —Conságrame todos los primogénitos de los israelitas; porque el primer parto de toda madre, sea de persona o de animal, me pertenece. Y Moisés dijo al pueblo: —Recordad siempre este día, en el cual fuisteis liberados de la esclavitud de Egipto, porque el poder del Señor ha sido el que os ha sacado de aquí. Por eso, no comeréis pan fermentado. Salís hoy de aquí, en el mes de Abib. En este mismo mes, cuando el Señor te haya introducido en la tierra de los cananeos, hititas, amorreos, jeveos y jebuseos, una tierra que mana leche y miel y que te daré porque así lo prometió a tus antepasados, entonces celebraréis el siguiente rito: comerás panes sin levadura durante siete días, y el séptimo día harás fiesta en honor del Señor. Durante esos siete días se comerá pan sin levadura; en ninguna parte de tu territorio deberá haber levadura o pan fermentado. Ese día explicarás a tu hijo: «Hacemos esto recordando lo que el Señor hizo por mí cuando salí de Egipto». Este rito será para ti como una marca en tu mano o una señal en tu frente para que te acuerdes de tener siempre en los labios la ley del Señor, pues él te sacó de Egipto con gran poder. Por eso has de celebrar este rito año tras año, en la fecha señalada. Cuando el Señor te haya introducido en la tierra de los cananeos y tomes posesión de ella, como te prometió a ti y a tus antepasados, entonces consagrarás al Señor todos los primogénitos. También las primeras crías de tu ganado, si son machos, pertenecen al Señor. Pero puedes rescatar la primera cría del asno, sustituyéndola por un cordero; si no la rescatas, deberás desnucarla. Estás obligado a presentar ofrenda por cada primogénito humano, para rescatarlo. Y cuando tu hijo te pregunte el día de mañana: «¿Qué significa esto?», le responderás: «El Señor, con su gran poder, nos sacó de Egipto donde vivíamos como esclavos. Y como el faraón se volvió intransigente y no nos dejaba salir, el Señor hirió de muerte a todos los primogénitos de Egipto, lo mismo personas que animales. Por eso le sacrifico al Señor los primogénitos del ganado, si son machos, y rescato los primogénitos de mis hijos. Este rito te servirá como una marca que pones sobre tu mano o como un signo en la frente para recordar que fue el Señor, con su gran poder, el que nos sacó de Egipto».

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