GÉNESIS 38:20-30
GÉNESIS 38:20-30 BLP
Más tarde, Judá mandó el cabrito por medio de su amigo adulamita, para recuperar los objetos que había dejado a la mujer, pero Jirá no dio con ella. Así que le preguntó a las gentes del lugar: —¿Dónde está la prostituta que había junto al camino de Enáin? Le contestaron: —Aquí no ha habido ninguna prostituta. El amigo regresó adonde estaba Judá y le dijo: —No la pude encontrar. Además, las gentes del lugar me han asegurado que allí nunca ha habido una prostituta. Y Judá contestó: —Pues que se quede con las cosas; no es cuestión de que hagamos el ridículo. Yo le he enviado el cabrito y tú no la has encontrado. Unos tres meses más tarde le contaron a Judá lo siguiente: —Tamar, tu nuera, se ha prostituido y, en una de sus andanzas, ha quedado embarazada. Entonces Judá ordenó: —¡Que la saquen afuera y la quemen! Pero cuando la estaban sacando, ella envió a decir a su suegro: —Estas cosas pertenecen al hombre que me dejó embarazada. A ver si reconoces de quién es este sello con su cordón y este bastón. Judá reconoció las cosas y declaró: —Ella tiene razón y no yo, pues no le di por esposo a mi hijo Selá. Y no volvió a acostarse con ella. Cuando llegó el tiempo del parto, había mellizos en su seno. En el momento de dar a luz, uno de ellos sacó la mano y la partera le ató una cinta escarlata en la mano diciendo: —Este es el primero en salir. Pero en ese momento el niño retiró la mano, y fue su hermano el que nació primero. Entonces la partera dijo: —¡Vaya brecha que te has abierto! Por eso al niño lo llamaron Fares. Después salió su hermano con la cinta escarlata, y le pusieron el nombre de Záraj.