GÉNESIS 40:5-23
GÉNESIS 40:5-23 BLP
cuando en la misma noche, ambos —el copero y el panadero del rey de Egipto— tuvieron un sueño, cada uno el suyo, y cada sueño con su propio significado. Por la mañana, cuando José fue a verlos, los encontró preocupados; así que preguntó a los dos cortesanos del faraón que estaban presos con él en casa de su señor: —¿Qué os pasa hoy que tenéis tan mala cara? Ellos contestaron: —Hemos tenido un sueño, y no tenemos quien nos lo interprete. José les respondió: —Dios es quien interpreta los sueños; contádmelos. Entonces el copero mayor contó su sueño a José: —En mi sueño veía una vid delante de mí, que tenía tres sarmientos. La vid echó brotes y flores y las uvas iban madurando en los racimos. Con la copa del faraón en la mano, yo tomaba los racimos, los estrujaba en la copa y luego yo mismo la ponía en la mano del faraón. José le dijo: —Esta es la interpretación: los tres sarmientos son tres días. De aquí a tres días, el faraón revisará tu caso y te repondrá en tu cargo, y volverás a poner la copa del faraón en su mano como antes, cuando eras su copero. Solo te pido que te acuerdes de mí cuando todo se haya arreglado. Por favor, háblale de mí al faraón para que me saque de este lugar, pues me raptaron del país de los hebreos, y aquí no he hecho nada para que me tengan en la cárcel. Cuando el panadero mayor vio que José había acertado con la interpretación del sueño le dijo: —Pues yo soñé que llevaba tres canastillos de mimbre sobre mi cabeza. En el canastillo de arriba llevaba los pasteles que se hacen para el faraón, pero las aves venían a picotear de ese canastillo sobre mi cabeza. José le dijo: —Esta es la interpretación: Los tres canastillos son tres días. De aquí a tres días, el faraón revisará tu caso y te hará colgar de una horca, y las aves picotearán la carne de tu cuerpo. Efectivamente, al cabo de tres días, el faraón celebraba su cumpleaños y ofrecía un banquete a todos sus cortesanos. En presencia de estos, mandó sacar de la cárcel al copero mayor y al panadero mayor; al copero mayor lo repuso en el cargo, para que volviese a ser quien pusiera la copa en la mano del faraón; en cambio, mandó ahorcar al panadero mayor, tal como José había dicho. Pero el copero mayor no se acordó de José, sino que se olvidó de él por completo.