SALMOS 69:1-18
SALMOS 69:1-18 BLP
Oh Dios, sálvame, que estoy con el agua al cuello, que me hundo en un profundo cenagal y no tengo dónde apoyar el pie; me encuentro en el seno de las aguas y me arrastra la corriente. Estoy cansado de gritar, tengo seca la garganta y se consumen mis ojos mientras espero a mi Dios. Más numerosos que mis cabellos son los que me odian sin motivo; son fuertes quienes quieren destruirme, quienes me detestan sin razón alguna. ¿Tendré que devolver lo que no robé? Oh Dios, tú conoces mi necedad, no se te ocultan mis pecados. Que no se avergüencen por mi culpa quienes ponen en ti su esperanza, Dios mío, Señor del universo; que no se sonrojen por mi culpa quienes te buscan, Dios de Israel, pues por ti soporto la humillación y la vergüenza cubre mi rostro. Soy un desconocido para mis hermanos, un extraño para los hijos de mi madre. Me consume la pasión por tu Templo, me abate el desprecio de quienes te desprecian. Yo me mortifico con el ayuno y soy por esto motivo de burla; me visto con tela de saco y soy para ellos motivo de risa. Me critican los que se sientan en la plaza y también los bebedores en sus cantos. Pero yo, Señor, te dirijo mi oración en el momento propicio. Oh Dios, por tu inmenso amor, respóndeme; por tu fidelidad, sálvame. Sácame del barro, que no me hunda; líbrame de mis enemigos y del seno de las aguas. Que no me arrastre la corriente, que no me trague el abismo, que no se cierre sobre mí el brocal del pozo. Respóndeme, Señor, por la bondad de tu amor; por tu gran misericordia vuélvete hacia mí. No apartes tu rostro de tu siervo; estoy angustiado, respóndeme pronto. Acércate a mí y redímeme, rescátame porque tengo enemigos.