SALMOS 78:38-51
SALMOS 78:38-51 BLP
Él, misericordioso, perdonaba su pecado y no los destruía; su ira contenía una y otra vez, no desplegaba todo su furor. Recordaba que eran humanos, un soplo que pasa y no vuelve. ¡Cuántas veces se rebelaron en el desierto y en el yermo lo llenaron de tristeza! Una y otra vez provocaban a Dios, enojaban al Santo de Israel. No se acordaban de su poder, del día que los salvó del enemigo, cuando en Egipto hizo prodigios y portentos en los campos de Soán. Él convirtió en sangre sus ríos, sus arroyos para que no bebieran. Les envió plagas que los devoraron, ranas que los destruyeron, entregó a los saltamontes sus cosechas, a las langostas sus tareas campesinas; destruyó con el granizo sus viñedos, con la helada sus higueras; abandonó su ganado al pedrisco, a los rayos sus rebaños. Lanzó contra ellos el furor de su ira, cólera, furia y calamidades, una hueste de aciagos mensajeros. Dio rienda suelta a su ira y no los salvó de la muerte, sino que entregó sus vidas a la peste; a todo primogénito abatió en Egipto, a todo primer nacido en las tiendas de Cam.