1 CORINTIOS 12:1-31
1 CORINTIOS 12:1-31 RV2020
Hermanos, no quiero que ignoréis acerca de los dones espirituales. Sabéis que cuando erais gentiles, se os desviaba y erais arrastrados hacia los ídolos mudos. Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios puede maldecir a Jesús, como tampoco nadie puede llamar a Jesús «Señor» sino es por el Espíritu Santo. Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de actividades, pero es el mismo Dios, el que hace todo en todos. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para que sea útil. A uno, el Espíritu le da palabra de sabiduría, mientras que a otro, el mismo Espíritu le da palabra de conocimiento; a otro, el mismo Espíritu le da fe, y a otro, el mismo Espíritu le da dones de sanidades. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas, y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, que reparte a cada uno en particular como él quiere. Porque del mismo modo que el cuerpo es una unidad, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, forman un solo cuerpo, así también Cristo es uno solo. Porque todos, judíos o griegos, esclavos o libres, somos bautizados por un solo Espíritu en un cuerpo, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. Si el pie dijera: «Como no soy mano, no soy del cuerpo», ¿por eso no sería del cuerpo? Y si la oreja dijera: «Porque no soy ojo, no soy del cuerpo», ¿por eso no sería del cuerpo? Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuera oído, ¿dónde estaría el olfato? Pero Dios ha colocado cada uno de los miembros en el cuerpo como ha querido. Pues si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Por eso, lo cierto es que son muchos los miembros, pero es un solo cuerpo. Ni el ojo puede decir a la mano: «No te necesito», ni tampoco la cabeza a los pies: «No tengo necesidad de vosotros». Al contrario, los miembros del cuerpo que parecen ser los más débiles, son los más necesarios; y los miembros del cuerpo que consideramos menos dignos, los vestimos con más dignidad; y los que nos parecen menos decorosos, los tratamos con más decoro, porque los que nos parecen más decorosos no tienen necesidad de nada. Pero Dios ordenó el cuerpo dando mayor honor al que menos tenía, para que no haya divisiones en el cuerpo, sino que todos los miembros se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros se alegran con él. Vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es miembro en particular. Y a unos Dios les ha asignado un lugar en la Iglesia. En primer lugar los apóstoles, luego los profetas, en tercer lugar maestros, luego los que hacen milagros, después los que tienen dones de sanidades, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. ¿Son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Hacen todos milagros? ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿Hablan todos lenguas? ¿Interpretan todos? Sin embargo, procurad los dones mejores.