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1 CORINTIOS 14:1-40

1 CORINTIOS 14:1-40 RV2020

Seguid el amor y procurad los dones espirituales, pero sobre todo profetizad. El que habla en lenguas no habla a los seres humanos, sino a Dios, pues nadie lo entiende, aunque por el Espíritu dice cosas misteriosas. Pero el que profetiza habla a los seres humanos para edificación, exhortación y consuelo. El que habla en lengua extraña, se edifica a sí mismo; pero el que profetiza, edifica a la iglesia. Yo desearía que todos vosotros hablarais en lenguas, pero más aún que profetizarais, porque es más útil el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba edificación. Así que, hermanos, ¿de qué os servirá si fuera a visitaros y os hablara en lenguas en vez de transmitiros alguna revelación, algún conocimiento, alguna profecía o alguna enseñanza? Así mismo, si los instrumentos musicales, como la flauta o la cítara, no dieran notas distintas, ¿cómo se distinguiría lo que se toca con la flauta o con la cítara? Y si la trompeta diera un sonido incierto, ¿quién se prepararía para la batalla? Pues también ocurre así con vosotros. Si al hablar en lenguas no pronunciáis palabras inteligibles, ¿cómo se entenderá lo que decís? Eso sería como si hablarais al aire. En el mundo, por ejemplo, hay gran diversidad de idiomas, y ninguno de ellos carece de significado. Pero si yo ignoro ese idioma, seré como un extranjero para el que habla, y el que habla será como un extranjero para mí. Del mismo modo, vosotros, ya que anheláis los dones espirituales, procurad abundar en ellos para la edificación de la iglesia. Por lo tanto, el que hable en lenguas, que pida en oración poder interpretarla. Porque si yo oro en lenguas, es mi espíritu el que ora, pero mi entendimiento se queda sin fruto. Entonces, ¿qué debo hacer? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento. Porque si alabas a Dios solo con el espíritu, el que asiste pero carece de toda instrucción, ¿cómo dirá «Amén» a tu acción de gracias?, pues no sabe lo que has dicho. Es cierto que tu acción de gracias puede estar muy bien, pero el otro no es edificado. Doy gracias a Dios de que hablo en lenguas más que todos vosotros; pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para poder enseñar también a los demás, que diez mil palabras en lenguas. Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar. Sed niños en cuanto a la malicia pero maduros en cuanto al modo de pensar. En la ley está escrito: En otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo; y ni aun así me oirán, dice el Señor . Así que las lenguas son una señal, no para los creyentes, sino para los incrédulos. En cambio, la profecía no es una señal para los incrédulos, sino para los creyentes. Imaginad que se reúne toda la iglesia en un mismo lugar, y todos hablan en lenguas, y entran personas carentes de toda instrucción o incrédulos, ¿no dirán que estáis locos? Pero si todos profetizan, y entra algún incrédulo o alguien que carece de toda instrucción, será convencido y juzgado por todos; lo oculto de su corazón se hará manifiesto; y así, se postrará sobre el rostro, adorará a Dios, y declarará que verdaderamente Dios está entre vosotros. Entonces, hermanos, ¿qué podemos decir? Pues que cuando os reunáis, cada uno de vosotros puede tener un salmo, una enseñanza, una revelación, un mensaje en lenguas, o una interpretación; pero todo debéis hacerlo para edificación. Si alguien habla en lenguas, que sean dos o a lo más tres, y por turno; pero que uno interprete. Y si no hay intérprete, que calle en la iglesia, y que hable para sí mismo y para Dios. En cuanto a los profetas que hablen dos o tres, y que los demás juzguen lo dicho. Y si alguien que está sentado recibe una revelación, que calle el primero. Así podéis profetizar todos, uno por uno, para que todos aprendan y todos sean exhortados. El don de profecía debe estar bajo el control de los profetas, pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias cristianas, que vuestras mujeres callen en las congregaciones, porque no está permitido que hablen, sino que deben estar sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, que le pregunten en casa a sus maridos, porque no es apropiado que las mujeres hablen en la congregación. ¿Creéis que la palabra de Dios ha salido de vosotros, o que solo ha llegado a vosotros? Pues si alguno se cree profeta o espiritual, que reconozca lo que os escribo, porque son mandamientos del Señor; pero si alguno quiere ignorarlo, él también será ignorado. Así que, hermanos, procurad profetizar y no impidáis que se hable en lenguas; pero que todo se haga decentemente y con orden.