2 CRÓNICAS 22:1-12
2 CRÓNICAS 22:1-12 RV2020
Los habitantes de Jerusalén hicieron rey en lugar de Joram a Ocozías, su hijo menor; porque una banda armada que había venido con los árabes al campamento, había matado a todos los mayores, por lo cual reinó Ocozías hijo de Joram, rey de Judá. Cuando Ocozías comenzó a reinar, tenía cuarenta y dos años de edad, y reinó un año en Jerusalén. El nombre de su madre era Atalía, hija de Omri. También él anduvo en los caminos de la casa de Acab, pues su madre le aconsejaba que actuara impíamente. Hizo, pues, lo malo ante los ojos del Señor, como la casa de Acab; porque después de la muerte de su padre, ellos le aconsejaron para su perdición. Y él anduvo en los consejos de ellos, y fue a la guerra con Joram hijo de Acab, rey de Israel, contra Hazael, rey de Siria, a Ramot de Galaad, donde los sirios hirieron a Joram. Y volvió para curarse en Jezreel de las heridas que le habían hecho en Ramot, al pelear contra Hazael, rey de Siria. Y descendió Ocozías hijo de Joram, rey de Judá, para visitar a Joram hijo de Acab en Jezreel, porque estaba enfermo allí. Pero esto venía de Dios, para que Ocozías fuera destruido al ir a visitar a Joram. Tan pronto llegó, salió con Joram contra Jehú hijo de Nimsi, al cual el Señor había ungido para que exterminara a la casa de Acab. Mientras Jehú hacía juicio contra la casa de Acab, halló a los príncipes de Judá y a los hijos de los hermanos de Ocozías, que servían a Ocozías, y los mató. Buscó luego a Ocozías, el cual se había escondido en Samaria. Lo hallaron, lo trajeron a Jehú y lo mataron; pero le dieron sepultura, pues decían: «Es hijo de Josafat, quien de todo su corazón buscó al Señor». Y la casa de Ocozías no tenía fuerzas para retener el reino. Cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que su hijo había muerto, se levantó y exterminó a toda la descendencia real de la casa de Judá. Pero Josabet, hija del rey, tomó a Joás hijo de Ocozías, lo escondió de entre los demás hijos del rey, a los que mataban, y ocultó a él y a su nodriza en uno de los aposentos. Así lo ocultó Josabet, hija del rey Joram, mujer del sacerdote Joiada (porque ella era hermana de Ocozías), de la vista de Atalía, y no lo mataron. Seis años estuvo escondido con ellos en la casa de Dios. Entre tanto, Atalía reinaba en el país.