2 PEDRO 2
2
II. Los falsos maestros (2)
(Jud 3-16)
1Así como hubo falsos profetas entre el pueblo de Israel,#Dt 13.1-5; Mt 24.11. también habrá entre vosotros falsos maestros que introducirán encubiertamente herejías destructoras y hasta negarán al Señor que los salvó.#Jud 4. Al hacer esto, atraerán sobre sí mismos destrucción repentina. 2Y muchos los seguirán en su libertinaje, y por causa de ellos, el camino de la verdad será difamado.#Is 52.5; 1 Ti 6.1+. 3Llevados por la avaricia, se valdrán de palabras engañosas#Ro 16.18; 1 Ts 2.5. para sacar provecho de vosotros. Sobre estos ya hace tiempo que la condenación está preparada y su perdición los espera.
4Porque Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a prisiones de oscuridad, donde están reservados para el juicio. 5Y tampoco perdonó al mundo antiguo, sino que trajo el diluvio sobre el mundo de los malvados,#Gn 6.5—7.24; 8.18; 2 P 3.6; cf. 1 P 3.20. y tan solo protegió a ocho personas, de las cuales el octavo era Noé,#1 P 3.20. pregonero de justicia. 6También condenó a la destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, las redujo a ceniza,#Gn 19.24; Jud 7. para que sirvieran de ejemplo de lo que les acontecerá a los que vivan sin temor y reverencia de Dios. 7Sin embargo, libró al justo Lot, que vivía abrumado por la conducta abominable de los malvados, #Gn 19.1-16,29. 8(pues este hombre justo, que vivía entre ellos, sentía como su alma justa se atormentaba cada día al ver y oír lo que hacían aquellos malvados).
9Esto muestra que el Señor sabe librar de tentación a los piadosos,#1 Co 10.13. y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio;#Jud 6. 10sobre todo a aquellos que se dejan llevar por apetencias carnales, andan en deseos impuros obscenos y desprecian la autoridad del Señor.#Jud 8. Atrevidos y arrogantes, no temen hablar mal de los poderes superiores. 11En cambio, los ángeles, que son mayores en fuerza y en poder, no se atreven a difamarlos en presencia del Señor.#Jud 9.
12Esos hombres hablan mal de cosas que no entienden, son como animales irracionales destinados a ser atrapados y muertos, por eso, su propia corrupción los destruirá,#Jud 10. 13y recibirán la recompensa que merece el daño que hacen. Consideran que la felicidad consiste en satisfacer sus placeres a plena luz del día. Son gente inmunda y viciosa, que se deleitan en sus errores mientras comen con vosotros. 14Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las personas inconstantes; tienen el corazón habituado a la codicia y son hijos de maldición. 15Han dejado el camino recto y se han extraviado para seguir el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad 16y fue reprendido por su iniquidad: una bestia de carga, incapaz de hablar, sobre la cual iba sentado, habló con voz humana y refrenó la locura del profeta.#Nm 22.4-35; Jud 11; cf. Ap 2.14.
17Esos hombres son fuentes sin agua y nubes empujadas por torbellino de viento, para quienes está reservada para siempre la oscuridad de las tinieblas.#Jud 13. 18Por medio de palabras arrogantes y vacías alientan las pasiones y los deseos carnales de quienes apenas acaban de escapar de los que viven en el error. 19Les prometen libertad, cuando ellos mismos son esclavos de la corrupción; pues el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció.#Jn 8.34; Ro 6.6,16. 20Si estos, que se habían escapado de la contaminación del mundo por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, se dejan de nuevo enredar y vencer por esa contaminación, su último estado viene a ser peor que el primero. #Mt 12.43-45. 21Mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que volverse atrás después de haber conocido el santo mandamiento que les fue dado. 22Pero en ellos se ha cumplido la verdad del proverbio que dice: «El perro vuelve a su vómito,#Pr 26.11. y la puerca recién lavada vuelve a revolcarse en el lodo».
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© Sociedad Bíblica de España
Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569), revisada por Cipriano de Valera (1602). Revisiones anteriores con la participación de Sociedad Bíblica de España: 1862, 1909, 1960 y 1995.
2 PEDRO 2
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II. Los falsos maestros (2)
(Jud 3-16)
1Así como hubo falsos profetas entre el pueblo de Israel,#Dt 13.1-5; Mt 24.11. también habrá entre vosotros falsos maestros que introducirán encubiertamente herejías destructoras y hasta negarán al Señor que los salvó.#Jud 4. Al hacer esto, atraerán sobre sí mismos destrucción repentina. 2Y muchos los seguirán en su libertinaje, y por causa de ellos, el camino de la verdad será difamado.#Is 52.5; 1 Ti 6.1+. 3Llevados por la avaricia, se valdrán de palabras engañosas#Ro 16.18; 1 Ts 2.5. para sacar provecho de vosotros. Sobre estos ya hace tiempo que la condenación está preparada y su perdición los espera.
4Porque Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a prisiones de oscuridad, donde están reservados para el juicio. 5Y tampoco perdonó al mundo antiguo, sino que trajo el diluvio sobre el mundo de los malvados,#Gn 6.5—7.24; 8.18; 2 P 3.6; cf. 1 P 3.20. y tan solo protegió a ocho personas, de las cuales el octavo era Noé,#1 P 3.20. pregonero de justicia. 6También condenó a la destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, las redujo a ceniza,#Gn 19.24; Jud 7. para que sirvieran de ejemplo de lo que les acontecerá a los que vivan sin temor y reverencia de Dios. 7Sin embargo, libró al justo Lot, que vivía abrumado por la conducta abominable de los malvados, #Gn 19.1-16,29. 8(pues este hombre justo, que vivía entre ellos, sentía como su alma justa se atormentaba cada día al ver y oír lo que hacían aquellos malvados).
9Esto muestra que el Señor sabe librar de tentación a los piadosos,#1 Co 10.13. y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio;#Jud 6. 10sobre todo a aquellos que se dejan llevar por apetencias carnales, andan en deseos impuros obscenos y desprecian la autoridad del Señor.#Jud 8. Atrevidos y arrogantes, no temen hablar mal de los poderes superiores. 11En cambio, los ángeles, que son mayores en fuerza y en poder, no se atreven a difamarlos en presencia del Señor.#Jud 9.
12Esos hombres hablan mal de cosas que no entienden, son como animales irracionales destinados a ser atrapados y muertos, por eso, su propia corrupción los destruirá,#Jud 10. 13y recibirán la recompensa que merece el daño que hacen. Consideran que la felicidad consiste en satisfacer sus placeres a plena luz del día. Son gente inmunda y viciosa, que se deleitan en sus errores mientras comen con vosotros. 14Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las personas inconstantes; tienen el corazón habituado a la codicia y son hijos de maldición. 15Han dejado el camino recto y se han extraviado para seguir el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad 16y fue reprendido por su iniquidad: una bestia de carga, incapaz de hablar, sobre la cual iba sentado, habló con voz humana y refrenó la locura del profeta.#Nm 22.4-35; Jud 11; cf. Ap 2.14.
17Esos hombres son fuentes sin agua y nubes empujadas por torbellino de viento, para quienes está reservada para siempre la oscuridad de las tinieblas.#Jud 13. 18Por medio de palabras arrogantes y vacías alientan las pasiones y los deseos carnales de quienes apenas acaban de escapar de los que viven en el error. 19Les prometen libertad, cuando ellos mismos son esclavos de la corrupción; pues el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció.#Jn 8.34; Ro 6.6,16. 20Si estos, que se habían escapado de la contaminación del mundo por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, se dejan de nuevo enredar y vencer por esa contaminación, su último estado viene a ser peor que el primero. #Mt 12.43-45. 21Mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que volverse atrás después de haber conocido el santo mandamiento que les fue dado. 22Pero en ellos se ha cumplido la verdad del proverbio que dice: «El perro vuelve a su vómito,#Pr 26.11. y la puerca recién lavada vuelve a revolcarse en el lodo».
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Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569), revisada por Cipriano de Valera (1602). Revisiones anteriores con la participación de Sociedad Bíblica de España: 1862, 1909, 1960 y 1995.