2 PEDRO 3
3
III. La venida del Señor (3.1-13)
1Amados, esta es la segunda carta que os escribo. En ambas he apelado a los recuerdos para despertar en vosotros, vuestra recta manera de pensar, 2y que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador, dado por vuestros apóstoles.
3Sabed ante todo que en los últimos días vendrán charlatanes, que vivirán de acuerdo a sus propios malos deseos#2 Ts 2.3-12; Jud 18; cf. 1 Ti 4.1; 2 Ti 3.1-5. 4y dirán: «¿Dónde está la promesa de su regreso? Porque desde el día en que los padres murieron, todo sigue igual que al principio de la creación». 5Estos ignoran a propósito que en el tiempo antiguo los cielos fueron hechos por la palabra de Dios y también la tierra, la cual proviene del agua y por medio del agua subsiste.#Gn 1.6-9; Sal 24.2. 6Por eso el mundo de entonces pereció anegado en agua.#Gn 7.11-22; 2 P 2.5.
7Por esa misma palabra son preservados los cielos y la tierra que existen ahora, reservados para el fuego, en el día del juicio y de la destrucción de los malvados.
8De cualquier modo, amados, no ignoréis una cosa, y es que para el Señor un día es como mil años y mil años son como un día.#Sal 90.4. 9El Señor no retarda su promesa, tal como algunos piensan,#Hab 2.3. sino que es paciente con nosotros, pues no quiere que ninguno perezca, sino que todos se arrepientan. #Ez 18.23; 33.11; 1 Ti 2.4. 10Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche.#Mt 24.43-44; Lc 12.39; 1 Ts 5.2,4; Ap 16.15. En ese día los cielos desaparecerán en medio de un gran estruendo, los elementos del mundo arderán y serán reducidos a cenizas, y la tierra, junto con todo lo que hay en ella, será quemada. #Is 34.4; Ap 6.13-14.
11Puesto que todas estas cosas han de ser destruidas, conviene que vuestra manera de vivir sea santa y piadosa,#1 Ti 2.2. 12mientras esperáis con ansias la venida del día de Dios. Ese día, los cielos arderán y serán destruidos, y los elementos se derretirán por el calor del fuego. 13Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales habita la justicia.#Is 65.17; 66.22; Ap 21.1,27.
Conclusión (3.14-18)
14Por eso, amados, mientras esperáis que estas cosas sucedan, haced todo lo posible para ser hallados en paz, intachables e irreprensibles.#Jud 24-25. 15Y tened en cuenta que la paciencia de nuestro Señor es para salvación.#Cf. v. 9; Ro 2.4. Así os ha escrito también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada. 16En casi todas sus epístolas habla de estos temas, aunque hay algunas cosas difíciles de entender, que los ignorantes e inconstantes tuercen, como hacen también con las otras Escrituras, para su propia perdición.
17Así que vosotros, amados, puesto que ya sabéis todo esto de antemano, estad en guardia, no sea que arrastrados por el error de esos malvados#2.7; Mc 13.5. seáis engañados y caigáis de vuestra firme posición.#1 Co 10.12. 18Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.#1.1-2. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
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© Sociedad Bíblica de España
Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569), revisada por Cipriano de Valera (1602). Revisiones anteriores con la participación de Sociedad Bíblica de España: 1862, 1909, 1960 y 1995.
2 PEDRO 3
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III. La venida del Señor (3.1-13)
1Amados, esta es la segunda carta que os escribo. En ambas he apelado a los recuerdos para despertar en vosotros, vuestra recta manera de pensar, 2y que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador, dado por vuestros apóstoles.
3Sabed ante todo que en los últimos días vendrán charlatanes, que vivirán de acuerdo a sus propios malos deseos#2 Ts 2.3-12; Jud 18; cf. 1 Ti 4.1; 2 Ti 3.1-5. 4y dirán: «¿Dónde está la promesa de su regreso? Porque desde el día en que los padres murieron, todo sigue igual que al principio de la creación». 5Estos ignoran a propósito que en el tiempo antiguo los cielos fueron hechos por la palabra de Dios y también la tierra, la cual proviene del agua y por medio del agua subsiste.#Gn 1.6-9; Sal 24.2. 6Por eso el mundo de entonces pereció anegado en agua.#Gn 7.11-22; 2 P 2.5.
7Por esa misma palabra son preservados los cielos y la tierra que existen ahora, reservados para el fuego, en el día del juicio y de la destrucción de los malvados.
8De cualquier modo, amados, no ignoréis una cosa, y es que para el Señor un día es como mil años y mil años son como un día.#Sal 90.4. 9El Señor no retarda su promesa, tal como algunos piensan,#Hab 2.3. sino que es paciente con nosotros, pues no quiere que ninguno perezca, sino que todos se arrepientan. #Ez 18.23; 33.11; 1 Ti 2.4. 10Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche.#Mt 24.43-44; Lc 12.39; 1 Ts 5.2,4; Ap 16.15. En ese día los cielos desaparecerán en medio de un gran estruendo, los elementos del mundo arderán y serán reducidos a cenizas, y la tierra, junto con todo lo que hay en ella, será quemada. #Is 34.4; Ap 6.13-14.
11Puesto que todas estas cosas han de ser destruidas, conviene que vuestra manera de vivir sea santa y piadosa,#1 Ti 2.2. 12mientras esperáis con ansias la venida del día de Dios. Ese día, los cielos arderán y serán destruidos, y los elementos se derretirán por el calor del fuego. 13Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales habita la justicia.#Is 65.17; 66.22; Ap 21.1,27.
Conclusión (3.14-18)
14Por eso, amados, mientras esperáis que estas cosas sucedan, haced todo lo posible para ser hallados en paz, intachables e irreprensibles.#Jud 24-25. 15Y tened en cuenta que la paciencia de nuestro Señor es para salvación.#Cf. v. 9; Ro 2.4. Así os ha escrito también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada. 16En casi todas sus epístolas habla de estos temas, aunque hay algunas cosas difíciles de entender, que los ignorantes e inconstantes tuercen, como hacen también con las otras Escrituras, para su propia perdición.
17Así que vosotros, amados, puesto que ya sabéis todo esto de antemano, estad en guardia, no sea que arrastrados por el error de esos malvados#2.7; Mc 13.5. seáis engañados y caigáis de vuestra firme posición.#1 Co 10.12. 18Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.#1.1-2. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
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Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569), revisada por Cipriano de Valera (1602). Revisiones anteriores con la participación de Sociedad Bíblica de España: 1862, 1909, 1960 y 1995.