Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

HECHOS 5:1-16

HECHOS 5:1-16 RV2020

Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira, su mujer, vendió un terreno. Con el conocimiento de su mujer sustrajo parte del precio y solo puso el resto a disposición de los apóstoles. Pedro le dijo: —Ananías, ¿por qué has dejado que Satanás te convenciera para que mintieras al Espíritu Santo y sustrajeras para ti una parte del precio del terreno? ¿Acaso no era tuya la heredad antes de venderla? Y cuando la vendiste, ¿no obraba en tu poder el dinero de la venta? ¿Cómo se te ha ocurrido hacer una cosa semejante? No has mentido a los hombres sino a Dios. Al oír Ananías estas palabras, cayó muerto al suelo. Un gran temor sobrecogió a todos los que se enteraron de lo ocurrido. Luego se levantaron unos jóvenes, le envolvieron y le sacaron para darle sepultura. Unas tres horas más tarde, entró su mujer sin saber lo que había acontecido. Pedro le preguntó: —Dime, ¿vendisteis en este precio el terreno? Ella respondió: —Sí, en ese precio. Pedro le dijo: —¿Por qué os habéis puesto de acuerdo para provocar al Espíritu del Señor? En la puerta resuenan los pasos de quienes han sepultado a tu marido y lo mismo van a hacer contigo. Al instante Safira cayó muerta a los pies de Pedro. Cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta. La sacaron y la sepultaron junto a su marido. Un gran temor sobrecogió a toda la iglesia y a todos los que oyeron estas cosas. Por medio de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo. Todos se reunían de común acuerdo en el pórtico de Salomón. Pero nadie más se atrevía a juntarse con ellos, aunque el pueblo los tenía en gran estima. El número de los que creían en el Señor, tanto hombres como mujeres, iba en aumento, incluso sacaban a los enfermos a las calles en sus camas y camillas para que, al pasar Pedro, al menos su sombra cayera sobre alguno de ellos. De las ciudades vecinas a Jerusalén venían también muchos trayendo enfermos y atormentados por espíritus inmundos, y todos eran sanados.

Lee HECHOS 5