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HECHOS 6:1-15

HECHOS 6:1-15 RV2020

En aquellos días crecía el número de los discípulos y se produjeron murmuraciones de los discípulos de origen griego contra los de origen hebreo, pues se quejaban de que en la distribución diaria de ayuda sus viudas eran desatendidas. Así las cosas, los doce convocaron al conjunto de los discípulos, y les dijeron: —No está bien que dejemos la palabra de Dios para servir a las mesas. Hermanos, escoged, pues, entre vosotros a siete hombres de buen testimonio, que estén llenos del Espíritu Santo y de sabiduría a quienes les encarguemos de esta labor. Así nosotros podremos dedicarnos a la oración y proclamación de la palabra. La propuesta agradó a toda la comunidad y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Pármenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía. Los elegidos fueron presentados ante los apóstoles, quienes oraron y les impusieron las manos. La palabra del Señor se extendía y el número de los discípulos se multiplicaba rápidamente en Jerusalén. Incluso muchos de los sacerdotes aceptaban la fe. Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo. Entonces algunos de la sinagoga llamada «de los Libertos», a la que pertenecían judíos de Cirene y de Alejandría, de Cilicia y de Asia se pusieron a discutir con Esteban. Pero no podían hacer frente a la sabiduría y el Espíritu con que Esteban hablaba, así que, sobornaron a unos individuos para que dijeran que le habían oído pronunciar blasfemias contra Moisés y contra Dios. De este modo soliviantaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas, y llegando de improviso hasta Esteban lo llevaron a rastras ante el Concilio, y allí presentaron unos testigos falsos que dijeron: —Este hombre no cesa de proferir blasfemias contra este lugar santo y contra la ley. Le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar y cambiará las costumbres que nos legó Moisés. Todos los que estaban sentados en el Concilio, al fijar los ojos en Esteban, vieron que su rostro parecía el de un ángel.

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