DANIEL 2:1-19
DANIEL 2:1-19 RV2020
En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, tuvo el rey sueños que perturbaron su espíritu y no le dejaron dormir. Hizo llamar a magos, astrólogos, encantadores y caldeos, para que le explicaran sus sueños. Vinieron y se presentaron delante del rey. Él les dijo: —He tenido un sueño, y me encuentro muy perturbado, pues quiero conocer su significado. Entonces hablaron los caldeos al rey en lengua aramea: —¡Rey, para siempre vive! Cuenta el sueño a tus siervos, y te daremos la interpretación. Respondió el rey y dijo a los caldeos: —El asunto lo he olvidado; pero si no me contáis el sueño y su interpretación, seréis hechos pedazos y vuestras casas serán convertidas en un montón de escombros. Pero si me contáis el sueño y su interpretación, recibiréis de mí dones, favores y gran honra. Decidme, pues, el sueño y su interpretación. Respondieron por segunda vez, y dijeron: —Cuente el rey el sueño a sus siervos, y le daremos la interpretación. El rey respondió y dijo: —Estoy plenamente convencido de que intentáis ganar tiempo, porque veis que ya he decidido lo que haré. Si no me contáis el sueño, una sola sentencia hay para vosotros. No me cabe la más mínima duda de que preparáis una respuesta mentirosa y perversa que decir delante de mí, entre tanto que pasa el tiempo. Contadme lo que soñé; de ese modo me convenceré de que también sois capaces de interpretarlo. Los caldeos respondieron al rey: —No hay nadie en el mundo que pueda resolver lo que pide su majestad. Además, ningún rey, príncipe ni señor preguntó cosa semejante a ningún mago ni astrólogo ni caldeo. Porque lo que pide su majestad es difícil, y nadie puede darlo a conocer al rey, salvo los dioses, que no habitan entre los mortales. Por esto el rey, con ira y con gran enojo, mandó que mataran a todos los sabios de Babilonia. Cuando se publicó el edicto que decretaba la muerte de todos sabios, buscaron a Daniel y a sus compañeros para matarlos también. Entonces Daniel habló sabia y prudentemente a Arioc, capitán de la guardia del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia. Dijo a Arioc, capitán del rey: —¿Por qué este edicto real se ha publicado tan apresuradamente? Entonces Arioc hizo saber a Daniel lo que había; y Daniel entró y pidió al rey que le concediera tiempo, pues él daría al rey la interpretación. Luego se fue Daniel a su casa e hizo saber a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros, lo que sucedía y les pidió que imploraran la misericordia del Dios del cielo para poder descifrar aquel misterio. De otro modo, Daniel y sus compañeros morirían junto con los demás sabios de Babilonia. Durante la noche, Daniel recibió en una visión la respuesta al misterio. Entonces alabó al Dios del cielo