DEUTERONOMIO 33:1-17
DEUTERONOMIO 33:1-17 RV2020
Esta es la bendición con la cual Moisés, hombre de Dios, bendijo a los hijos de Israel antes de morir. Dijo así: El Señor vino del Sinaí, de Seír los alumbró, resplandeció desde el monte de Parán, avanzó entre diez millares de santos, con la ley de fuego a su mano derecha. Aun amó a su pueblo; todos los consagrados a él estaban en su mano. Por tanto, ellos siguieron tus pasos y recibieron dirección de ti, cuando Moisés nos ordenó la ley, como heredad de la congregación de Jacob. Y hubo un rey en Jesurún cuando se congregaron los jefes del pueblo con las tribus de Israel. Viva Rubén, y no muera ni sean pocos sus hombres. Esta bendición profirió para Judá. Dijo así: Oye, Señor, la voz de Judá, y llévalo a su pueblo; sus manos le basten, y tú seas su ayuda contra sus enemigos. Para Leví dijo: Tu Tumim y tu Urim sean para el hombre piadoso a quien probaste en Masah, con quien contendiste en las aguas de Meriba, quien dijo de su padre y de su madre: «Nunca los he visto»; quien no reconoció a sus hermanos, ni a sus hijos conoció. Pues ellos guardaron tus palabras y cumplieron tu pacto. Ellos enseñarán tus juicios a Jacob y tu ley a Israel. Pondrán el incienso delante de ti y el holocausto sobre tu altar. Bendice, Señor, lo que hagan y recibe con agrado la obra de sus manos. Hiere los lomos de sus enemigos y de quienes lo aborrezcan, para que nunca se levanten. Para Benjamín dijo: El amado del Señor habitará confiado cerca de él; lo cubrirá siempre, y entre sus hombros morará. Para José dijo: Bendita del Señor sea tu tierra, con lo mejor de los cielos, con el rocío y con el abismo que está abajo. Con los más escogidos frutos del sol, con el rico producto de la luna, con el fruto más fino de los montes antiguos, con la abundancia de los collados eternos, con las mejores dones de la tierra y su plenitud y la gracia del que habitó en la zarza, venga sobre la cabeza de José y sobre la frente de aquel que es príncipe entre sus hermanos. Como el primogénito de su toro es su gloria; sus cuernos, como cuernos de búfalo. Con ellos acorneará a todos los pueblos hasta los confines de la tierra. Ellos son los diez millares de Efraín, y los millares de Manasés.