ECLESIASTÉS 4:1-5
ECLESIASTÉS 4:1-5 RV2020
Luego me fije en tanta violencia que se comete bajo el sol: las lágrimas de los oprimidos, sin tener quien los consolara; no había consuelo para ellos, pues la fuerza estaba en manos de sus opresores. Alabé entonces a los que ya habían muerto, más que a los que aún viven. Pero todavía estimé más afortunados a los que aún no existían, porque no podían contemplar los atropellos que se cometen bajo el sol. He visto, asimismo, que toda obra bien hecha provoca la envidia del prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu. El necio se cruza de brazos y se consume en sí mismo.