ECLESIASTÉS 4:1-5
ECLESIASTÉS 4:1-5 La Palabra (versión española) (BLP)
Volví a considerar todas las opresiones que se cometen bajo el sol. Ahí está el llanto de los oprimidos, ¡y no encuentran consuelo! La fuerza en manos de sus opresores, ¡y no encuentran consuelo! Y estimé a los que ya habían muerto más afortunados que los que aún vivían; pero todavía estimé más afortunados a los que aún no existían, porque no podían contemplar los atropellos que se cometen bajo el sol. Yo he visto que toda fatiga y éxito en el trabajo provoca la envidia entre compañeros. También esto es ilusión y vano afán. El necio se cruza de brazos y se devora a sí mismo.
ECLESIASTÉS 4:1-5 Reina Valera 2020 (RV2020)
Luego me fije en tanta violencia que se comete bajo el sol: las lágrimas de los oprimidos, sin tener quien los consolara; no había consuelo para ellos, pues la fuerza estaba en manos de sus opresores. Alabé entonces a los que ya habían muerto, más que a los que aún viven. Pero todavía estimé más afortunados a los que aún no existían, porque no podían contemplar los atropellos que se cometen bajo el sol. He visto, asimismo, que toda obra bien hecha provoca la envidia del prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu. El necio se cruza de brazos y se consume en sí mismo.
ECLESIASTÉS 4:1-5 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Dirigí luego mi atención a los actos de opresión que se cometen en este mundo. Vi que los oprimidos lloran, y no hay quien los consuele; sus opresores les hacen violencia, y no hay quien los consuele. Por eso consideré más felices a los que ya han muerto que a los que aún viven; aunque en mejores condiciones que estos dos están los que aún no han nacido, pues todavía no han visto la maldad que se comete en este mundo. Vi también que el mucho trabajar y el éxito en una empresa provocan la envidia de unos contra otros, y esto también es vana ilusión y querer atrapar el viento. La gente dice: “El necio se cruza de brazos y se destruye a sí mismo”
ECLESIASTÉS 4:1-5 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Luego me fijé en tanta opresión que hay en esta vida. Vi llorar a los oprimidos, y no había quien los consolara; el poder estaba del lado de sus opresores, y no había quien los consolara. Y consideré más felices a los que ya han muerto que a los que aún viven, aunque en mejor situación están los que aún no han nacido, los que no han visto aún la maldad que se comete en esta vida. Vi además que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias. Y también esto es absurdo; ¡es correr tras el viento! El necio se cruza de brazos, y acaba muriéndose de hambre.