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ÉXODO 20:1-21

ÉXODO 20:1-21 RV2020

Dios habló y dijo todas estas palabras: —Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de esclavitud. No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas ni las honrarás, porque yo soy el Señor, tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia por millares a los que me aman y guardan mis mandamientos. No tomarás el nombre del Señor, tu Dios, en vano, porque no dará por inocente el Señor al que tome su nombre en vano. Acuérdate del día del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día es de reposo para el Señor, tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu criada, ni tu bestia, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, el Señor bendijo el día del sábado y lo santificó. Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que el Señor, tu Dios, te da. No matarás. No cometerás adulterio. No hurtarás. No dirás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás la casa de tu prójimo: no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. Todo el pueblo observaba el estruendo, los relámpagos, el sonido de la bocina y el monte que humeaba. Al ver esto, el pueblo tuvo miedo y se mantuvo alejado. Entonces dijeron a Moisés: —Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero que no hable Dios con nosotros, no sea que muramos. Moisés respondió al pueblo: —No temáis, pues Dios ha venido para poneros a prueba, para que su temor esté ante vosotros y no pequéis. Y mientras el pueblo se mantenía alejado, Moisés se acercó a la oscuridad en la cual estaba Dios.

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