EZEQUIEL 33
33
IV. Restauración de Israel (33–37)
El deber del centinela
(Ez 3.16-21)
1Vino a mí palabra del Señor:
2—Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo: Cuando yo traigo espada sobre algún país, el pueblo de ese país escoge a un hombre de su territorio y lo pone por centinela,#Is 21.6,11; Jer 6.17; Os 9.8. 3y cuando él ve venir la espada sobre la tierra, toca la trompeta para advertir al pueblo. 4Entonces, si alguien al escuchar el sonido de la trompeta no se prepara, y viene la espada y lo mata, él mismo será responsable de su muerte. 5El sonido de la trompeta oyó, pero no se preparó: su sangre será sobre él; pero el que se prepare, salvará su vida. 6Pero si el centinela ve venir la espada y no toca la trompeta, y el pueblo no se prepara, si al venir la espada, hiere a alguno de ellos, este fue tomado por causa de su pecado, pero yo haré responsable de su muerte al centinela.
7A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por centinela de la casa de Israel: tú oirás la palabra de mi boca y los amonestarás de mi parte. 8Cuando yo diga al impío: «¡Impío, sin duda morirás!», si tú no le adviertes que se aparte de su mal camino, el impío morirá por su pecado, pero yo te haré responsable de su muerte. 9Pero si tú avisas al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se aparta de su camino, él morirá por su pecado, pero tú habrás salvado tu vida.
El camino de Dios es justo
(Ez 18.21-32)
10Tú, pues, hijo de hombre, di a la casa de Israel: Vosotros habéis hablado así: «Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos. ¿Cómo, pues, viviremos?».#37.11. 11Diles: Vivo yo, dice el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino y que viva. ¡Volveos, volveos de vuestros malos caminos! ¿Por qué habéis de morir, casa de Israel?#18.23,32; 2 P 3.9. 12Y tú, hijo de hombre, di a los hijos de tu pueblo: La justicia del justo no lo librará el día que se rebele; y la impiedad del impío no le será estorbo el día que se vuelva de su impiedad. El justo no podrá vivir por su justicia el día que peque.#3.18-20+. 13Cuando yo diga al justo: ¡Ten por seguro que vivirás!, pero él, confiado en su justicia, actúe con iniquidad, ninguna de sus justicias será recordada, sino que morirá por la iniquidad cometida. 14Y cuando yo diga al impío: ¡Ten por seguro que morirás!, si él se convierte de su pecado y actúa conforme al derecho y la justicia, 15si el impío restituye la prenda robada, devuelve lo que haya arrebatado y camina en los estatutos de la vida, sin cometer iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá.#18.7+. 16No se le recordará ninguno de los pecados que haya cometido; actuó conforme al derecho y la justicia, y sin duda vivirá.
17Luego dirán los hijos de tu pueblo: «¡No es recto el camino del Señor!». ¡El camino de ellos es el incorrecto! 18Cuando el justo se aparte de su justicia y cometa iniquidad, morirá por ello. 19Y cuando el impío se aparte de su impiedad y actúe conforme al derecho y la justicia, vivirá por ello. 20Pero vosotros habéis dicho: «No es recto el camino del Señor». Yo os juzgaré, casa de Israel, a cada uno conforme a sus caminos.#14.12-20; 18.25-29.
Noticias de la caída de Jerusalén
21Aconteció en el año duodécimo de nuestro cautiverio, en el mes décimo, a los cinco días del mes, que vino a mí un fugitivo de Jerusalén y me dijo: «¡La ciudad ha sido conquistada!».#2 R 25.3-10; Jer 39.2-8; 52.4-14. 22La tarde antes de que llegara el fugitivo, el Señor había puesto su mano sobre mí#1.3. y me había abierto la boca; de modo que cuando el fugitivo vino a mí por la mañana, el Señor me devolvió el habla,#24.25-27. y ya no estuve callado por más tiempo.#3.26+.
23Vino a mí palabra del Señor:
24—Hijo de hombre, los que habitan aquellos lugares asolados en la tierra de Israel, dicen: «Abrahán era uno, y poseyó la tierra; pues nosotros somos muchos; a nosotros nos es dada la tierra en posesión».#11.15; Is 51.2. 25Por tanto, diles: Así ha dicho el Señor: Coméis la carne con sangre,#18.6. a vuestros ídolos alzáis vuestros ojos y derramáis sangre, ¿y poseeréis vosotros la tierra? 26Confiáis en vuestras espadas, hacéis abominación y contamináis cada cual a la mujer de su prójimo, ¿y habréis de poseer vosotros la tierra? 27Les dirás: Así ha dicho el Señor: Vivo yo, que los que están en aquellos lugares asolados caerán a espada, y al que está por el campo entregaré a las fieras para que lo devoren; y los que están en las fortalezas y en las cuevas, de peste morirán. 28Convertiré la tierra en soledad y desolación, y cesará la soberbia de su poderío; y los montes de Israel serán asolados hasta que no haya quien pase. 29Y sabrán que yo soy el Señor, cuando convierta la tierra en soledad y desolación, por todas las abominaciones que han hecho.
30En cuanto a ti, hijo de hombre, los hijos de tu pueblo se burlan de ti junto a las paredes y a las puertas de las casas, y habla el uno con el otro, cada uno con su hermano: «¡Venid ahora, y oíd qué palabra viene del Señor!». 31Y vienen a ti como viene el pueblo, y están delante de ti como pueblo mío. Oyen tus palabras, pero no las ponen por obra, antes me halagan con sus bocas, pero su corazón solo busca satisfacer su avaricia. 32Y tú eres para ellos alguien que entona canciones de amor con una voz hermosa y bien afinada. Ellos oyen tus palabras, pero no las ponen por obra.#Jer 42.20-21. 33Sin embargo, cuando eso llegue (y ya está llegando), sabrán que en medio de ellos hubo un profeta.#2.5+; Jer 28.9+.
Actualmente seleccionado:
EZEQUIEL 33: RV2020
Destacar
Compartir
Copiar
¿Quieres tener guardados todos tus destacados en todos tus dispositivos? Regístrate o inicia sesión
© Sociedad Bíblica de España
Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569), revisada por Cipriano de Valera (1602). Revisiones anteriores con la participación de Sociedad Bíblica de España: 1862, 1909, 1960 y 1995.