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GÉNESIS 37:12-28

GÉNESIS 37:12-28 RV2020

Un día, sus hermanos fueron a apacentar las ovejas de su padre en Siquem. Entonces Israel dijo a José: —Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem. Ven y te enviaré a ellos. —Aquí me tienes —respondió él. —Ve ahora, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la noticia —dijo Israel. Lo envió, pues, desde el valle de Hebrón, y José llegó a Siquem. Lo halló un hombre, mientras iba él errante por el campo; y aquel hombre le preguntó: —¿Qué buscas? —Busco a mis hermanos; te ruego que me indiques dónde están apacentando —respondió José. —Ya se han ido de aquí; pero yo les oí decir: «Vamos a Dotán » —dijo el hombre. Entonces José fue tras sus hermanos y los halló en Dotán. Cuando ellos lo vieron de lejos, antes de que se les acercara, conspiraron contra él para matarlo. Se dijeron el uno al otro: —¡Ahí viene el soñador! Ahora pues, venid, matémoslo y echémoslo en una cisterna, y diremos: «Alguna mala bestia lo devoró». Veremos entonces qué será de sus sueños. Cuando Rubén oyó esto, lo libró de sus manos. Dijo: —No lo matemos. Y añadió: —No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que está en el desierto, pero no le pongáis las manos encima. Quería librarlo así de sus manos y hacerlo volver a su padre. Sucedió, pues, que cuando llegó José adonde estaban sus hermanos, ellos le quitaron su túnica —la túnica de colores que llevaba puesta—, lo agarraron y lo echaron en la cisterna, que estaba vacía, pues no había en ella agua. Luego se sentaron a comer. En esto, al alzar la vista, vieron una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, con camellos cargados de aromas, bálsamo y mirra, que llevaban a Egipto. Entonces Judá dijo a sus hermanos: —¿Qué vamos a ganar con matar a nuestro hermano y ocultar su muerte? Venid, vendámoslo a los ismaelitas, pero no le pongamos las manos encima, porque es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él. Cuando pasaban los mercaderes madianitas, sacaron ellos a José de la cisterna y lo vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y estos se llevaron a José a Egipto.