HEBREOS 10:1-10
HEBREOS 10:1-10 RV2020
La ley era solamente la sombra de los bienes venideros, no la realidad misma de las cosas. Por eso, la ley nunca puede hacer perfectos a los que cada año se acercan a Dios para ofrecer los mismos sacrificios. Si fuera de otro modo cesarían de ofrecerse, pues los que rinden este culto, una vez limpios, ya no tendrían más conciencia de pecado. Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados, porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. Por lo cual, al entrar en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste, mas me diste un cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: «He aquí, vengo, Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mí». Al decir primero: Sacrificio y ofrenda, holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron —cosas que se ofrecen según la ley—, y luego añadir: He aquí, vengo, Dios, para hacer tu voluntad , quita lo primero para establecer esto último. En virtud de esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.