Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

SANTIAGO 2:1-26

SANTIAGO 2:1-26 RV2020

Hermanos míos, vosotros que tenéis fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo, no debéis hacer acepción de personas. Si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y ropa espléndida, y al mismo tiempo entra un pobre con vestido andrajoso, y atendéis de manera especial al que trae la ropa espléndida y le decís: «Siéntate tú aquí, en este buen lugar», y decís al pobre: «Quédate tú allí de pie» o «Siéntate aquí en el suelo, a mis pies», ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos y actuáis como jueces malintencionados? Amados hermanos míos, escuchad: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que lo aman? Pero vosotros habéis despreciado al pobre. ¿No os oprimen los ricos con tiranía y no son ellos los mismos que os arrastran ante los tribunales? ¿No son ellos los que blasfeman contra el buen nombre que fue invocado sobre vosotros? Si en verdad cumplís la ley suprema, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo , hacéis bien. Pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado y sois condenados por la ley como transgresores, porque cualquiera que cumpla toda la ley, pero falle en un solo mandamiento, se hace culpable de todos. Pues el que dijo: No cometerás adulterio , también ha dicho: No matarás . Es decir, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley. Hablad y actuad como quienes deben ser juzgados por la ley que nos hace libres porque habrá un juicio sin compasión para el que actúe sin compasión; pero la compasión triunfa sobre el juicio. Hermanos míos, ¿de qué le sirve a uno decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Podrá esa fe salvarlo? Y si un hermano o una hermana están desnudos y tienen necesidad del alimento de cada día, y alguno de vosotros les dice: «Id en paz, abrigaos bien y alimentaos», pero no les dais lo que su cuerpo necesita, ¿de qué les sirve eso? Así también la fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma. Pero alguien podría decir: «Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras y yo te mostraré mi fe por medio de mis obras». Tú crees que Dios es uno; haces bien. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Pero quieres comprender, hombre necio, que la fe sin obras está muerta? Abrahán nuestro padre, ¿acaso no fue justificado por las obras, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que por las obras su fe alcanzó la perfección? Y se cumplió la Escritura que dice: Abrahán creyó a Dios y le fue contado por justicia , y fue llamado amigo de Dios. Como podéis ver el ser humano es justificado por las obras, y no solamente por la fe. Asimismo, Rahab, la ramera, ¿acaso no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Así como el cuerpo sin espíritu está muerto, también la fe sin obras está muerta.

Planes de lectura y devocionales gratis relacionados con SANTIAGO 2:1-26