Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

JEREMÍAS 29:1-31

JEREMÍAS 29:1-31 RV2020

Estas son las palabras de la carta que el profeta Jeremías envió desde Jerusalén a los ancianos que habían quedado de los que fueron deportados, a los sacerdotes y profetas, y a todo el pueblo que Nabucodonosor llevó cautivo de Jerusalén a Babilonia (después que salió el rey Jeconías, la reina madre, los del palacio, los gobernantes de Judá y de Jerusalén, los artesanos y los ingenieros de Jerusalén), por medio de Elasa hijo de Safán, y de Gemarías hijo de Hilcías, a quienes envió Sedequías, rey de Judá, a Babilonia, a Nabucodonosor, rey de Babilonia. La carta decía: «Así ha dicho el Señor de los ejércitos, Dios de Israel, a todos los de la cautividad que hice deportar de Jerusalén a Babilonia: Edificad casas y habitadlas; plantad huertos y comed del fruto de ellos. Casaos y engendrad hijos e hijas; dad mujeres a vuestros hijos y dad maridos a vuestras hijas, para que tengan hijos e hijas. Multiplicaos allá, y no disminuyáis. Procurad la paz de la ciudad a la cual os hice deportar, y rogad por ella al Señor, porque en su paz tendréis vosotros paz. Porque así ha dicho el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: No os engañen vuestros profetas que están entre vosotros, ni vuestros adivinos, ni hagáis caso de los sueños que sueñan. Porque falsamente os profetizan en mi nombre. Yo no los he enviado, ha dicho el Señor. Porque así ha hablado el Señor: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar. Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis. Vendréis y oraréis a mí, y yo os escucharé. Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Seré hallado por vosotros, dice el Señor; haré volver a vuestros cautivos y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice el Señor. Y os haré volver al lugar de donde os hice llevar. Pero vosotros habéis dicho: “El Señor nos ha levantado profetas en Babilonia”. Pero así ha dicho el Señor acerca del rey que está sentado sobre el trono de David, y acerca de todo el pueblo que habita en esta ciudad, de vuestros hermanos que no partieron con vosotros al cautiverio, así ha dicho el Señor de los ejércitos: Yo envío contra ellos espada, hambre y peste, y los pondré como los higos malos, que de tan malos no se pueden comer. Los perseguiré con espada, con hambre y con peste, y los pondré para horror de todos los reinos de la tierra, objeto de aversión, de espanto, de burla y de afrenta ante todas las naciones entre las cuales los he arrojado; por cuanto no escucharon mis palabras, dice el Señor, que les envié por mis siervos los profetas, desde el principio y sin cesar. No habéis escuchado, dice el Señor. ¡Escuchad, pues, palabra del Señor, vosotros todos los deportados que envié de Jerusalén a Babilonia! Así ha dicho el Señor de los ejércitos, Dios de Israel, acerca de Acab hijo de Colaías, y acerca de Sedequías hijo de Maasías, que os profetizan falsamente en mi nombre: Yo los entrego en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y él los matará delante de vuestros ojos. Y todos los deportados de Judá que están en Babilonia harán de ellos una maldición y dirán: “¡Póngate el Señor como a Sedequías y como a Acab, a quienes asó al fuego el rey de Babilonia!”. Porque hicieron maldad en Israel: cometieron adulterio con las mujeres de sus semejantes y falsamente hablaron en mi nombre palabra que no les había mandado; lo cual yo sé y testifico, dice el Señor». Y a Semaías, de Nehelam, hablarás: Así ha dicho el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Tú enviaste cartas en tu nombre a todo el pueblo que está en Jerusalén, y al sacerdote Sofonías hijo de Maasías, y a todos los sacerdotes, en las que decías: «El Señor te ha puesto por sacerdote en lugar del sacerdote Joiada, para que te encargues en la casa del Señor de todo loco que profetice, y lo pongas en el calabozo y en el cepo». ¿Por qué, pues, no has reprendido ahora a Jeremías de Anatot, que os profetiza? Porque él nos envió a decir en Babilonia: «Largo será el cautiverio; edificad casas y habitadlas; plantad huertos y comed el fruto de ellos». El sacerdote Sofonías había leído esta carta a oídos del profeta Jeremías. Y vino palabra del Señor a Jeremías: —Envía a decir a todos los cautivos: «Así ha dicho el Señor acerca de Semaías, de Nehelam: Por cuanto os profetizó Semaías, sin que yo lo hubiera enviado, y os hizo confiar en mentira