JEREMÍAS 8:1-13
JEREMÍAS 8:1-13 RV2020
En aquel tiempo, dice el Señor, sacarán de sus sepulcros los huesos de los reyes de Judá, los huesos de sus príncipes, los huesos de los sacerdotes, los huesos de los profetas y los huesos de los habitantes de Jerusalén. Los esparcirán al sol y a la luna y a todo el ejército del cielo, a quien amaban, a quien servían, a quien seguían, a quien consultaban y a quien adoraban. No serán recogidos ni enterrados; serán como estiércol sobre la faz de la tierra. Y escogerá la muerte antes que la vida todo el resto que quede de esta mala generación, en todos los lugares adonde arroje yo a los que queden, dice el Señor de los ejércitos. Les dirás, asimismo, que esto ha dicho el Señor: El que cae, ¿no se levanta? El que se desvía, ¿no vuelve al camino? ¿Por qué es este pueblo de Jerusalén rebelde con rebeldía sin fin? Abrazaron el engaño y no han querido volverse a mí. Escuché con atención: no hablan rectamente, no hay hombre que se arrepienta de su mal, ni diga: «¿Qué he hecho?». Cada cual se volvió a su propia carrera, como caballo que se lanza con ímpetu a la batalla. Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola, la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el juicio del Señor. ¿Cómo decís: «Nosotros somos sabios, y la ley del Señor está con nosotros»? Ciertamente, la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas. Los sabios se avergonzaron, se espantaron y fueron consternados; aborrecieron la palabra del Señor; ¿dónde, pues, está su sabiduría? Por tanto, daré a otros sus mujeres, y sus campos a quienes los conquisten; porque desde el más pequeño hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el engaño. Y curan la herida de la hija de mi pueblo con liviandad, y le dicen: «Paz, paz», ¡y no hay paz! ¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente, no se han avergonzado en lo más mínimo, ¡ni saben lo que es la vergüenza! Caerán, por tanto, entre los que caigan; cuando los castigue caerán, dice el Señor. Los eliminaré del todo, dice el Señor. No quedarán uvas en la vid ni higos en la higuera, y se caerá la hoja, y lo que les he dado pasará de ellos.