JOSUÉ 9:1-18
JOSUÉ 9:1-18 RV2020
Cuando oyeron estas cosas todos los reyes que estaban a este lado del Jordán, tanto en las montañas como en los llanos, y en toda la costa del mar Grande hasta el Líbano: heteos, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos, se pusieron de acuerdo para pelear contra Josué e Israel. Pero cuando los habitantes de Gabaón oyeron lo que Josué había hecho con Jericó y Hai, recurrieron a la astucia, pues fueron y fingieron ser embajadores, tomaron sacos viejos sobre sus asnos y odres viejos de vino, rotos y remendados; se pusieron zapatos viejos y recosidos, y vestidos viejos. Todo el pan que traían para el camino era seco y mohoso. Al llegar a Josué al campamento en Gilgal, les dijeron a él y a los de Israel: —Nosotros venimos de una tierra muy lejana; haced, pues, ahora una alianza con nosotros. Los de Israel respondieron a los heveos: —Si habitáis en medio de nosotros, ¿cómo, pues, podremos hacer alianza con vosotros? Ellos respondieron a Josué: —Nosotros somos tus siervos. —¿Quiénes sois vosotros, y de dónde venís? —les preguntó Josué. Ellos respondieron: —Tus siervos han venido de tierra muy lejana a causa del nombre del Señor, tu Dios, pues hemos oído de su fama, de todo lo que hizo en Egipto y todo lo que hizo con los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán: Sehón, rey de Hesbón, y Og, rey de Basán, que estaba en Astarot. Por eso nuestros ancianos y todos los habitantes de nuestra tierra nos dijeron: «Tomad en vuestras manos la provisión para el camino, id al encuentro de ellos y decidles: Nosotros somos vuestros siervos; haced ahora alianza con nosotros». Este nuestro pan lo tomamos caliente de nuestras casas para el camino el día que salimos para venir a vuestro encuentro, y ahora ya está seco y mohoso. Estos odres de vino también los llenamos nuevos, y ya están rotos. También estos nuestros vestidos y nuestros zapatos están ya viejos a causa de tanto caminar. Los hombres de Israel tomaron de las provisiones de ellos, pero no consultaron al Señor. Josué hizo la paz con ellos; también celebró con ellos un pacto y les concedió la vida, e igualmente los jefes de la comunidad hicieron un juramento. Tres días después que hicieron pacto con ellos, supieron que eran sus vecinos y que habitaban en medio de ellos. Los hijos de Israel salieron, y al tercer día llegaron a sus ciudades, que eran Gabaón, Cafira, Beerot y Quiriat-jearim. No los mataron los hijos de Israel por cuanto los jefes de la comunidad les habían jurado por el Señor, el Dios de Israel. Toda la comunidad empezó a murmurar contra los jefes