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LUCAS 12:22-40

LUCAS 12:22-40 RV2020

Luego se dirigió a sus discípulos: —Por tanto, os digo: No estéis preocupados pensando qué habéis de comer para vivir ni con qué vestiréis vuestro cuerpo. La vida es más que la comida y el cuerpo más que el vestido. Fijaos en los cuervos: ni siembran ni cosechan ni tienen despensas ni almacenes, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves? ¿Y quién de vosotros, por mucho que lo intente, podrá añadir a su estatura medio metro? Pues si no podéis hacer siquiera las cosas más pequeñas, ¿por qué os preocupáis por lo demás? Fijaos cómo crecen los lirios: no trabajan ni hilan y os digo que ni aun Salomón, con toda su gloria, se vistió como uno de ellos. Y si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe? Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. Todas estas cosas son las que afanosamente buscan las gentes del mundo, pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de ellas. Buscad, más bien, el reino de Dios y todas estas cosas os serán añadidas. No temáis, pequeño rebaño, porque es voluntad de vuestro Padre daros el reino. Vended lo que poseéis y dad limosna. Haceos así un capital que no se deteriora, riquezas inagotables en los cielos, donde no hay ladrones que entren a robar ni polilla que destruya, porque donde está vuestra riqueza, allí estará también vuestro corazón. Estad preparados y mantened vuestras lámparas encendidas. Y vosotros sed como siervos que están esperando que el amo regrese de una boda, preparados para abrirle la puerta en cuanto llegue y llame. Dichosos aquellos siervos a quienes su señor, cuando venga, encuentre pendientes de su regreso. Os aseguro que hará que se sienten a la mesa y les servirá habiéndose ceñido previamente sus ropas para este fin. Dichosos son aquellos siervos a quienes el amo, venga a medianoche o en la madrugada, halle así, velando. Pero sabed esto: si el dueño de la casa supiera a qué hora había de llegar el ladrón, velaría ciertamente y no le dejaría horadar las paredes de su casa. Vosotros, pues, estad también preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá cuando menos lo penséis.

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