LUCAS 5:17-31
LUCAS 5:17-31 RV2020
Un día se hallaba Jesús enseñando y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, que habían venido de todas las aldeas de Galilea, de Judea y Jerusalén. El poder del Señor estaba con Jesús para sanar. Sucedió entonces que unos hombres trajeron en una camilla a un paralítico y procuraban entrar con él en la casa donde estaba Jesús para ponérselo delante. Pero no pudiendo hacerlo a causa de la multitud congregada, subieron encima de la casa y abriendo un hueco en el tejado le bajaron con la camilla y le pusieron en medio, delante de Jesús. Él, al ver su fe, le dijo al paralítico: —Hombre, tus pecados te son perdonados. Los escribas y los fariseos comenzaron a pensar: «¿Quién es este que blasfema de tal modo? ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios?». Jesús se dio cuenta de lo que estaban pensando y les preguntó: —¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil decir: «Tus pecados te son perdonados», o: «Levántate y anda»? Sabed que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar los pecados. Entonces se dirigió al paralítico con estas palabras: —A ti te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. Al instante se levantó en presencia de ellos, tomó la camilla en que estaba acostado y se fue a su casa alabando a Dios. Y todos, sobrecogidos de asombro, alababan a Dios y llenos de temor decían: —Hoy hemos visto maravillas. Después de estas cosas, salió Jesús y vio a un recaudador de impuestos llamado Leví sentado en el banco de recaudación de impuestos, y le dijo: —Sígueme. Él, dejándolo todo, se levantó y le siguió. Leví le ofreció un gran banquete en su casa. A la mesa se sentó un nutrido número de recaudadores de impuestos y otras personas. Los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos y decían: —¿Por qué coméis y bebéis con recaudadores de impuestos y pecadores? Les respondió Jesús: —Los que están sanos no necesitan médico, sino los enfermos.