MATEO 14:1-18
MATEO 14:1-18 RV2020
En aquel tiempo Herodes, el tetrarca, oyó la fama de Jesús y dijo a sus criados: —Este es Juan el Bautista; ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él estos poderes. Herodes había prendido a Juan, lo había encadenado y metido en la cárcel por causa de Herodías, mujer de su hermano Felipe, porque Juan le decía: —No te está permitido tenerla. Y Herodes quería matarlo, pero temía al pueblo porque tenían a Juan por profeta. Pero el día en que se celebraba el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en medio de todos y tanto agradó a Herodes que se comprometió bajo juramento a darle todo lo que pidiera. Ella, instruida primero por su madre, dijo: —Dame aquí, en un plato, la cabeza de Juan el Bautista. Entonces el rey se entristeció, pero a causa del juramento y de los que estaban con él a la mesa mandó que se la dieran y ordenó decapitar a Juan en la cárcel. Trajeron su cabeza en un plato, se la entregaron a la muchacha y ella se la presentó a su madre. Entonces llegaron sus discípulos, tomaron el cuerpo, lo enterraron y fueron a dar la noticia a Jesús. Al oírlo Jesús, partió de allí, él solo, en una barca hacia un lugar desierto. Cuando la gente lo supo, lo siguió a pie desde las ciudades. Al salir Jesús, vio una gran multitud, tuvo compasión de ellos y sanó a los que estaban enfermos. Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos y le dijeron: —La hora ya es avanzada y este es un lugar desierto. Despide a la multitud para que vayan por las aldeas y compren algo de comer. Jesús les dijo: —No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer. Ellos respondieron: —No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces. Él replicó: —Traédmelos aquí.