MATEO 27:57-66
MATEO 27:57-66 RV2020
Cuando cayó la noche, llegó un hombre rico, natural de Arimatea y llamado José, que también había sido discípulo de Jesús. José pidió a Pilato el cuerpo de Jesús y Pilato mandó que se lo dieran. José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y lo puso en un sepulcro nuevo que había sido excavado en la peña. Después hizo rodar una gran piedra para cerrar la entrada del sepulcro, y se fue. Estaban allí María Magdalena y la otra María, sentadas delante del sepulcro. Al día siguiente, que es el posterior al de la preparación, se reunieron los principales sacerdotes y los fariseos ante Pilato y le dijeron: —Señor, nos acordamos de que aquel embaucador, mientras vivía, había dicho: «Después de tres días resucitaré». Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vayan sus discípulos de noche, lo hurten y digan al pueblo: «Ha resucitado de entre los muertos». Y será el último engaño peor que el primero. Pilato les contestó: —Ahí tenéis la guardia. Id, aseguradlo como sabéis. Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro sellando la piedra y montando la guardia.