MATEO 3:1-12
MATEO 3:1-12 RV2020
En aquellos días llegó Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y decía: —Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado, pues este es aquel de quien el profeta Isaías dijo: Voz de uno que clama en el desierto: ¡Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas! Juan estaba vestido de pelo de camello, tenía un cinto de cuero alrededor de su cintura y su comida eran saltamontes y miel silvestre. Acudían a él gentes de Jerusalén, de toda Judea y de toda la ribera del Jordán. Quienes acudían confesaban sus pecados y él los bautizaba en las aguas del Jordán. Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: —¡Generación de víboras!, ¿quién os ha enseñado a huir de la ira venidera? Producid, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no penséis decir dentro de vosotros mismos: «A Abrahán tenemos por padre», porque yo os digo que Dios puede sacar hijos de Abrahán aún de estas piedras. Además, el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles y todo árbol que no da buen fruto va a ser cortado y echado al fuego. Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento, pero el que viene detrás de mí, cuyo calzado no soy digno de llevar, es más poderoso que yo y os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Con el bieldo en las manos limpiará su era, recogerá el trigo en el granero y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.