MARCOS 1:16-36
MARCOS 1:16-36 RV2020
Al pasar junto al mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés echando la red en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: —Seguidme y os haré pescadores de hombres. Al instante dejaron sus redes y le siguieron. Un poco más adelante vio a Jacobo, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan. Estaban en la barca reparando las redes y los llamó. Ellos inmediatamente dejaron a su padre en la barca con los jornaleros y también le siguieron. Fueron a Capernaún, y el sábado entró Jesús en la sinagoga y comenzó a enseñar. Todos se admiraban de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas. Pero había en la sinagoga un hombre con espíritu inmundo y gritó: —¡Ah! ¿Qué tienes que ver con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres: el Santo de Dios. Jesús lo reprendió diciendo: —¡Cállate y sal de él! Y el espíritu inmundo, sacudiéndole con violencia, dio un alarido y salió de él. Todos se asombraron y se preguntaban entre sí: —¿Qué es esto? ¿Qué nueva enseñanza es esta que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen? Muy pronto se difundió su fama por todas las regiones que circundan Galilea. Al salir de la sinagoga, Jesús, acompañado de Jacobo y Juan, fue a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba acostada con fiebre, y en seguida se lo dijeron. Entonces él se acercó, la tomó de la mano y la levantó. Inmediatamente le desapareció la fiebre y se puso a servirlos. Cuando se puso el sol y llegó la noche, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. Toda la ciudad se agolpó a la puerta. Jesús sanó a muchos que padecían de diversas enfermedades y echó fuera muchos demonios; y a estos no les permitía hablar, porque le conocían. Se levantó Jesús muy de mañana. Cuando aún no había amanecido, salió de la ciudad y se fue a un lugar desierto. Allí se puso a orar. Le buscaron Simón y los que con él estaban