MARCOS 14:1-11
MARCOS 14:1-11 RV2020
Dos días después era la Pascua y la fiesta de los Panes sin levadura. Los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo apresarle con engaño y matarle. Y decían: —No durante la fiesta, para que no se alborote el pueblo. Estando él en Betania, sentado a la mesa en casa de Simón el leproso, vino una mujer con un vaso de alabastro que contenía perfume de nardo puro de mucho valor y quebrando el vaso lo derramó sobre la cabeza de Jesús. Hubo algunos que se enojaron dentro de sí y dijeron: —¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume? Podía haberse vendido por el equivalente al jornal de todo un año y habérselos dado a los pobres. Y murmuraban contra ella. Pero Jesús dijo: —Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho. Siempre tendréis a los pobres con vosotros y cuando queráis les podréis hacer bien; mas a mí no siempre me tendréis. Esta mujer ha hecho lo que podía, porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura. Os aseguro con certeza que en cualquier parte del mundo donde se predique este evangelio se recordará también a esta mujer y lo que hizo. Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los principales sacerdotes para entregarles a Jesús. Ellos se alegraron al oírlo y prometieron darle dinero, y Judas comenzó a buscar una oportunidad para entregárselo.