ABDÍAS 1:1-21
ABDÍAS 1:1-21 RV2020
Visión de Abdías. El Señor ha dicho así en cuanto a Edom: Hemos oído el pregón del Señor, un mensajero ha sido enviado a las naciones: «¡Arriba! Levantémonos en son de guerra contra este pueblo». Te he hecho pequeño entre las naciones; y estás abatido en gran manera. La soberbia de tu corazón te ha engañado, a ti, que moras en las hendiduras de las peñas, en tu altísima morada, que dices en tu corazón: «¿Quién me derribará a tierra?». Aunque te remontes como águila y entre las estrellas pongas tu nido, de ahí te derribaré, dice el Señor. Si ladrones vinieran a ti, o asaltantes nocturnos (¡cómo has sido destruido!), ¿no hurtarían lo que necesitan? Si entraran a ti vendimiadores, ¿no dejarían algunos racimos? ¡Cómo fueron saqueadas las cosas de Esaú! Sus tesoros escondidos fueron buscados. Todos tus aliados te han engañado; hasta los confines te hicieron llegar; los que estaban en paz contigo te han derrotado; los que comían tu pan pusieron trampa debajo de ti. ¡No hay en él inteligencia! Aquel día, dice el Señor, haré que perezcan los sabios de Edom y la prudencia del monte de Esaú. Y tus valientes, Temán, serán amedrentados, y será exterminado todo hombre del monte de Esaú. Por haber maltratado a tu hermano Jacob te cubrirá vergüenza y serás exterminado para siempre. Cuando gentes extrañas llevaban cautivo su ejército, cuando pueblos desconocidos entraban por sus puertas y echaban suertes sobre Jerusalén, tú estabas allí presente y te portaste como uno de ellos. No debiste alegrarte del día de tu hermano, del día de su desgracia. No debiste alegrarte de los hijos de Judá el día en que perecieron, ni debiste burlarte en el día de su angustia. No debiste traspasar la puerta de mi pueblo en el día de su desastre; no, no debiste alegrarte de su mal en el día de su desgracia, ni haber echado mano a sus bienes en el día de su calamidad. Tampoco debiste haberte parado en las encrucijadas para matar a los que de ellos escapaban; ni debiste haber entregado a los que quedaban en el día de su angustia. Porque cercano está el día del Señor sobre todas las naciones. Conforme a lo que hiciste se hará contigo; tus acciones recibirán su merecido. De la manera que vosotros bebisteis en mi santo monte, beberán continuamente todas las naciones; beberán, engullirán y serán como si no hubieran existido. Mas en el monte de Sion habrá un resto que se salvará; será santo y la casa de Jacob recuperará sus posesiones. La casa de Jacob será fuego, la casa de José será llama y la casa de Esaú estopa; los quemarán y los consumirán: ni siquiera un resto quedará de la casa de Esaú, porque el Señor lo ha dicho. Los del Neguev poseerán el monte de Esaú y los de la Sefela a los filisteos; poseerán también los campos de Efraín y los campos de Samaria; y Benjamín a Galaad. Los cautivos de este ejército de los hijos de Israel poseerán la tierra de los cananeos hasta Sarepta, y los cautivos de Jerusalén que están en Sefarad poseerán las ciudades del Neguev. Y subirán salvadores al monte de Sion para juzgar al monte de Esaú. ¡El reino será del Señor!