PROVERBIOS 27
27
1No te jactes del día de mañana
porque no sabes qué dará de sí el día.#Lc 12.16-20; Stg 4.13-16.
2Que sea otro quien te alabe y no tú;
un extraño y no tú mismo.
3Pesada es la piedra y la arena pesa,
pero más pesada que ambas es la ira del necio.
4Cruel es la ira e impetuoso el furor,
pero ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?#Gn 37.4-11; Pr 14.30; Mt 27.18.
5Mejor es reprensión manifiesta
que amor oculto.
6Leales son las heridas que causa el que ama,
pero falsos los besos del que aborrece.
7El hombre saciado desprecia el panal de miel,
pero al hambriento, aun lo amargo le resulta dulce.
8Cual ave errante lejos de su nido
es el hombre que anda lejos de su hogar.
9El bálsamo y el perfume alegran el corazón,
y el consejo de amigo endulza la vida.
10No dejes a tu amigo ni al amigo de tu padre,
ni vayas a la casa de tu hermano en el día de tu aflicción:
mejor es un vecino cerca que un hermano lejos.#17.17+.
11Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón;
así podré responder al que me agravie.#Sal 127.3-5; Pr 10.1; 15.20.
12El prudente ve el mal y se esconde,
pero los incautos pasan y se llevan el daño.
13Quítale su ropa al que salió fiador por el extraño,
y tómale prenda al que fía a la mujer ajena.
14A quien de madrugada bendice en alta voz a su amigo,
por maldición se le contará.
15Gotera continua en tiempo de lluvia
y mujer pendenciera, son semejantes:#19.13+.
16pretender contenerla es como querer refrenar el viento
o retener el aceite en la mano derecha.
17El hierro con hierro se afila;
y el hombre, en contacto con su prójimo.
18Quien cuida la higuera comerá su fruto,
y el que mira por los intereses de su señor recibirá honores.
19Como la figura en el agua es reflejo del rostro,
así el hombre se refleja en el corazón del hombre.
20Como el seol y el Abadón nunca se sacian,
así los ojos del hombre nunca están satisfechos.
21En el crisol se prueba la plata, en el horno el oro,
y al hombre en la boca del que le alaba.
22Aunque majes al necio en un mortero, entre granos de trigo majados con el pisón,
no se apartará de él su necedad.
23Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas
y mira con cuidado por tus rebaños,
24porque las riquezas no duran para siempre,
ni una corona es para generaciones perpetuas.
25Saldrá la grama, brotará la hierba
y será cortado el pasto de los montes;
26tendrás corderos para vestirte,
cabritos para el precio del campo
27y las cabras te darán leche suficiente
para alimentarte a ti y a tu familia,
y para mantener a tus criadas.
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Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569), revisada por Cipriano de Valera (1602). Revisiones anteriores con la participación de Sociedad Bíblica de España: 1862, 1909, 1960 y 1995.