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SALMOS 107:1-43

SALMOS 107:1-43 RV2020

Alabad al Señor, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia. Díganlo los redimidos del Señor, los que ha redimido del poder del enemigo y los ha congregado de las tierras, del oriente y del occidente, del norte y del sur. Anduvieron perdidos por el desierto, por soledad sin camino, sin hallar ciudad en donde vivir. Hambrientos y sedientos, su alma desfallecía en ellos. Entonces, clamaron al Señor en su angustia, y él los libró de sus aflicciones. Los dirigió por camino derecho, para que llegaran a ciudad habitable. ¡Alaben la misericordia del Señor y sus maravillas para con los hijos de los hombres!, porque sacia al alma menesterosa, y llena de bien al alma hambrienta. Algunos moraban en tinieblas y en sombra de muerte, aprisionados en aflicción y en hierros, por cuanto fueron rebeldes a las palabras del Señor, y aborrecieron el consejo del Altísimo. Por eso, quebrantó con el trabajo sus corazones; cayeron, y no hubo quien los ayudara. Luego que clamaron al Señor en su angustia, los libró de sus aflicciones; los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte, y rompió sus prisiones. ¡Alaben la misericordia del Señor y sus maravillas para con los hijos de los hombres!, porque quebrantó las puertas de bronce y desmenuzó los cerrojos de hierro. Fueron afligidos los insensatos a causa del camino de su rebelión y a causa de sus maldades; su alma rechazó todo alimento y llegaron hasta las puertas de la muerte. Pero clamaron al Señor en su angustia, y él los libró de sus aflicciones. Envió su palabra y los sanó; los libró de su ruina. ¡Alaben la misericordia del Señor y sus maravillas para con los hijos de los hombres! ¡Ofrezcan sacrificios de alabanza y publiquen sus obras con júbilo! Los que descienden al mar en naves y hacen negocio en las muchas aguas, ellos han visto las obras del Señor y sus maravillas en las profundidades, porque habló, e hizo levantar un viento tempestuoso que encrespó sus olas. Subían a los cielos, descendían a los abismos; sus almas se desalentaron ante el peligro. Temblaban y titubeaban como ebrios, y toda su pericia era inútil. Entonces clamaron al Señor en su angustia, y él los libró de sus aflicciones. Cambió la tempestad en sosiego y se apaciguaron sus olas. Luego se alegraron, porque se apaciguaron, y así los llevó al puerto que deseaban. ¡Alaben la misericordia del Señor y sus maravillas para con los hijos de los hombres! ¡Exáltenlo en la asamblea del pueblo, y en la reunión de ancianos lo alaben! Él convierte los ríos en desierto y los manantiales de las aguas en sequedales; la tierra fructífera en estéril, por la maldad de los que la habitan. Vuelve el desierto en estanques de aguas y la tierra seca en manantiales. Allí establece a los hambrientos y fundan ciudad donde vivir. Siembran campos y plantan viñas; rinden abundante fruto. Los bendice, y se multiplican en gran manera; y no disminuye su ganado. Luego son menoscabados y abatidos a causa de tiranía, de males y congojas. Él esparce menosprecio sobre los príncipes y los hace andar perdidos, vagabundos y sin camino. Levanta de la miseria al pobre y hace multiplicar las familias como a rebaños de ovejas. Véanlo los rectos y alégrense, y todos los malos cierren su boca. Quien sea sabio y guarde estas cosas, entenderá las misericordias del Señor.