Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

SALMOS 25:1-22

SALMOS 25:1-22 RV2020

A ti, Señor, levantaré mi alma. Dios mío, en ti confío; no sea yo avergonzado. ¡No se alegren de mí mis enemigos! Ciertamente, ninguno de cuantos esperan en ti será confundido; serán avergonzados los que se rebelan sin causa. Muéstrame, Señor, tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti he esperado todo el día. Acuérdate, Señor, de tu ternura y gran amor, que existen desde siempre. De los pecados de mi juventud y de mis rebeliones no te acuerdes. Conforme a tu misericordia acuérdate, Señor, de mí, por tu bondad. Bueno y recto es el Señor; por tanto, él enseñará a los pecadores el camino. Encaminará a los humildes en la justicia y enseñará a los mansos su camino. Todas las sendas del Señor son misericordia y verdad para los que guardan su pacto y sus testimonios. Por amor de tu nombre, Señor, perdonarás también mi pecado, que es grande. ¿Quién es el hombre que teme al Señor? Él le enseñará el camino que ha de escoger. Gozará él de bienestar y su descendencia heredará la tierra. La comunión íntima del Señor es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto. Mis ojos siempre se dirigen hacia el Señor, porque él libera mis pies de la trampa. Mírame y ten misericordia de mí, porque estoy solo y afligido. Las angustias de mi corazón se han aumentado; sácame de mis congojas. Mira mi aflicción y mi trabajo y perdona todos mis pecados. Mira cómo se han multiplicado mis enemigos y con odio violento me aborrecen. ¡Guarda mi alma y líbrame! No sea yo avergonzado, porque en ti he confiado. Integridad y rectitud me guarden, porque en ti he esperado. ¡Redime, Dios, a Israel de todas sus angustias!

Lee SALMOS 25