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CANTARES 5:2-8

CANTARES 5:2-8 RV2020

Yo dormía, pero mi corazón velaba. La voz de mi amado que llama: —¡Ábreme, hermana mía, amada mía, paloma mía, perfecta mía, que traigo la cabeza cubierta de rocío, y la humedad de la noche empapa mis cabellos! —Me he quitado la ropa, ¿cómo vestirme otra vez? Ya me he lavado los pies, ¿cómo ensuciarlos de nuevo? Mi amado metió su mano por el resquicio de la puerta y mi corazón se conmovió dentro de mí. Me levanté para abrir a mi amado y mis manos gotearon mirra: ¡de mis dedos corría la mirra sobre el pestillo de la cerradura! Abrí a mi amado, pero mi amado se había ido, ya había pasado, y tras su voz se me salió el alma. Lo busqué, mas no lo hallé; lo llamé, y no me respondió. Me encontraron los guardias que rondan la ciudad; me golpearon, me hirieron, me arrebataron el manto los guardias de las murallas. Os ruego, hijas de Jerusalén, si halláis a mi amado, hacedle saber que estoy enferma de amor.