1 CORINTIOS 9
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El criterio de la libertad. Ejemplo de Pablo#9.1-27 Pablo pone su propio caso como ejemplo de lo dicho en el cap. 8, ya que él no siempre ha insistido en sus derechos como apóstol.
1Claro está que yo tengo la libertad y los derechos de un apóstol,#9.1 Apóstol: 1 Co 1.1; véase Gl 1.1 n. Algunos ponían en duda la autoridad apostólica de Pablo, autoridad que él se veía obligado a defender (vs. 1-23; cf. también 1 Co 4.15-21; 2 Co 3.1-3; 10–11). pues he visto a Jesús, nuestro Señor,#9.1 Hch 9.3-7,17; 1 Co 15.8. y vosotros mismos sois el resultado de mi trabajo en la obra del Señor.#9.1 Mi trabajo en la obra del Señor: Pablo había fundado la iglesia de Corinto. Cf. 1 Co 3.6. 2Quizás otros no me reconozcan como apóstol, pero vosotros sí tenéis que reconocerme como tal, porque el hecho de que seáis creyentes en el Señor prueba que en verdad lo soy.
3Esta es mi respuesta a los que me critican: 4Yo también tengo el derecho de recibir comida y bebida,#9.4 Cf. Lc 10.7. Recibir comida y bebida: es decir, a costa de las iglesias. En todo el cap., Pablo afirma su derecho a disfrutar de los privilegios de un apóstol; sin embargo, él ha renunciado a ellos en beneficio del evangelio (vs. 12,15,18; 2 Co 11.9; 1 Ts 2.6). 5y de llevar conmigo una esposa cristiana,#9.5 Como apóstol, Pablo tendría derecho también al mantenimiento de su esposa, si estuviera casado (véase 1 Co 7.7 nota d). como los otros apóstoles, y los hermanos del Señor,#9.5 Los hermanos del Señor: Véase Mt 12.46 n.; Santiago sería uno de ellos (Mt 13.55; Mc 6.3; Gl 1.19). y Cefas.#9.5 Cefas: 1 Co 1.12 nota o. 6¿O acaso Bernabé#9.6 Bernabé: Cf. Hch 4.36-37; 13–15. y yo somos los únicos que no tenemos derecho a ser mantenidos por la comunidad?#9.6 Pregunta irónica. Pablo, en realidad, se sostenía trabajando (Hch 18.2-3; 20.34; 1 Co 4.12; 2 Co 11.7). 7¿Quién que sirve como soldado corre con sus propios gastos? ¿Quién que cultiva un viñedo no come de sus uvas? ¿Quién que cuida las ovejas no toma de la leche que ordeña? 8Y no vayáis a creer que esta es solo una opinión humana, porque la ley de Moisés también lo dice. 9Pues está escrito en el libro de la ley: “No pongas bozal al buey que trilla.”#9.9 Dt 25.4, citado también en 1 Ti 5.18. Y esto no significa que Dios se preocupe de los bueyes, 10sino que se preocupa de nosotros, porque la ley se escribió por causa nuestra, pues tanto el que ara la tierra como el que trilla el grano deben hacerlo con la esperanza de recibir su parte de la cosecha. 11Así que, si hemos sembrado en vosotros una semilla espiritual, no es mucho pedir que cosechemos de vosotros algo de lo material.#9.11 Ro 15.27. 12Si otros tienen tal derecho sobre vosotros, con mayor razón nosotros.
Sin embargo, no hemos hecho uso de ese derecho, sino que hemos venido soportándolo todo por no estorbar el anuncio del evangelio de Cristo. 13Sabéis que quienes trabajan al servicio del templo, viven de lo que hay en el templo; y que quienes atienden el altar donde se ofrecen los sacrificios, comen de la carne de los animales que allí se sacrifican.#9.13 Lv 6.16,26; Dt 18.1-3. 14De igual manera, el Señor ha dispuesto que quienes anuncian el mensaje de salvación, vivan de ese mismo trabajo.#9.14 Mt 10.10; Lc 10.7. 15Pero yo nunca he hecho uso de ninguno de esos derechos ni tampoco os escribo ahora para que me ofrezcáis cosa alguna. ¡Nadie ha de quitarme esta satisfacción que tengo!
16Anunciar el evangelio no es para mí ningún motivo de orgullo, sino una obligación ineludible. ¡Y ay de mí si no lo anunciase!#9.16 Cf. Jer 20.9; Am 3.8. 17Por eso, si lo hago de buen grado, ya tengo mi recompensa; y si lo hago a regañadientes, de todos modos es un encargo que Dios me ha dado. 18Mi recompensa es la satisfacción de anunciar el evangelio sin cobrar nada; es decir, sin hacer valer mi derecho a vivir de mi trabajo en el anuncio del evangelio.
19Aunque no soy esclavo de nadie, me he hecho esclavo de todos#9.19 Mt 20.26-27. a fin de ganar para Cristo el mayor número posible de personas. 20Con los judíos me vuelvo como un judío, para ganarlos a ellos; es decir, que para ganar a los que viven bajo la ley de Moisés, yo mismo me pongo bajo esa ley, aunque en realidad no estoy sujeto a ella. 21Igualmente, para ganar a los que no viven bajo la ley de Moisés, me vuelvo como uno de ellos, aunque realmente estoy sujeto a la ley de Dios, puesto que estoy bajo la ley de Cristo. 22Con los débiles en la fe, también para ganarlos, me vuelvo débil como uno de ellos. Es decir, que me he hecho igual a todos para de alguna manera poder salvar a algunos. 23Y todo esto lo hago por causa del evangelio, para tener parte en él.
24Sabéis que, en una carrera, todos corren pero solamente uno recibe el premio. Pues bien, corred de tal modo que recibáis el premio.#9.24-27 Se usa el lenguaje deportivo; los griegos y los romanos daban mucha importancia al atletismo, y cada cuatro años celebraban los Juegos Olímpicos; cada tres años se celebraban en la propia ciudad de Corinto los Juegos Ístmicos. Cf. Flp 3.14; 2 Ti 4.7. 25Los que se entrenan para competir en un deporte evitan todo lo que pueda dañarles.#9.25 2 Ti 2.5. Antes de competir, los atletas griegos se sometían a un periodo de diez meses de riguroso entrenamiento. Y lo hacen por alcanzar como premio una corona de hojas de laurel, que en seguida se marchita.#9.25 Corona... que en seguida se marchita: El premio era una corona de laurel. Cf. 2 Ti 4.8; Stg 1.12; 1 P 5.4; Ap 2.10. Nosotros, en cambio, luchamos por recibir un premio que no se marchita. 26En cuanto a mí, no corro a ciegas ni peleo como si estuviera dando golpes al aire. 27Al contrario, castigo mi cuerpo y lo obligo a obedecerme, para no quedar yo mismo descalificado después de haber enseñado a otros.
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