1 SAMUEL 20:30-42
1 SAMUEL 20:30-42 DHHE
Entonces Saúl se llenó de ira contra Jonatán y le dijo: –¡Hijo de mala madre! ¿Acaso no sé que tú eres amigo íntimo del hijo de Jesé, para vergüenza tuya y de tu madre? Mientras él siga vivo en esta tierra, ni tú ni tu reino estaréis seguros. ¡Así que envía a buscarlo y tráemelo, porque merece la muerte! Pero Jonatán le contestó: –¿Y por qué habría de morir? ¿Qué ha hecho? Saúl levantó su lanza para herir a Jonatán, y este comprendió entonces que su padre estaba decidido a matar a David. Entonces, lleno de ira, Jonatán se levantó de la mesa y no participó en la comida del segundo día de la fiesta, pues sentía un gran pesar por David, porque su padre le había ofendido. A la mañana siguiente, a la hora de la cita con David, Jonatán salió al campo acompañado de un criado joven, al cual ordenó: –Corre a buscar en seguida las flechas que yo dispare. El criado echó a correr, mientras Jonatán disparaba una flecha de modo que cayera lejos de él. Y cuando el criado llegó al lugar donde había caído la flecha, Jonatán le gritó con todas sus fuerzas: –¡La flecha está más allá de ti! Y, una vez más, Jonatán gritó al criado: –¡Date prisa, corre, no te detengas! El criado de Jonatán recogió las flechas y se las trajo a su amo, pero no se dio cuenta de nada, porque tan solo Jonatán y David conocían la contraseña. Después Jonatán entregó sus armas a su criado y le ordenó que las llevase de vuelta a la ciudad. En cuanto el criado se fue, David salió de detrás del montón de piedras, y ya ante Jonatán se inclinó tres veces hasta tocar el suelo con la frente. Luego se besaron y lloraron juntos hasta que David se desahogó. Por último, Jonatán dijo a David: –Vete tranquilo, pues el juramento que hemos hecho los dos ha sido en el nombre del Señor, y hemos pedido que para siempre esté él entre nosotros dos, y en las relaciones entre tus descendientes y los míos. Después David se puso en camino, y Jonatán regresó a la ciudad.