2 REYES 5:20-27
2 REYES 5:20-27 DHHE
Guehazí, el criado del profeta Eliseo, pensó: “Mi señor ha dejado ir a Naamán el sirio sin aceptar nada de lo que él trajo. Juro por el Señor que voy a seguirle de prisa, a ver qué puedo conseguir de él.” Y se fue Guehazí tras Naamán, que al verle ir detrás de él se bajó de su carro para recibirle, y le preguntó: –¿Pasa algo malo? –No, nada –contestó Guehazí–. Pero mi amo me ha enviado a decirte que acaban de llegar dos profetas jóvenes, que vienen de los montes de Efraín, y te ruega que les des tres mil monedas de plata y dos mudas de ropa. Naamán respondió: –Por favor, toma seis mil monedas de plata. E insistiendo Naamán en que las aceptara, las metió en dos sacos junto con las dos mudas de ropa, y se lo entregó todo a dos de sus criados para que lo llevaran delante de Guehazí. Cuando llegaron a la colina, Guehazí tomó la plata que llevaban los criados, la guardó en la casa y los despidió. Luego fue y se presentó ante su amo, y Eliseo le preguntó: –¿De dónde vienes, Guehazí? –Yo no he ido a ninguna parte –contestó Guehazí. Pero Eliseo insistió: –Cuando cierto hombre se bajó de su carro para recibirte, yo estaba allí contigo, en el pensamiento. Pero este no es el momento de recibir dinero y mudas de ropa, ni de comprar huertos, viñas, ovejas, bueyes, criados y criadas. Por lo tanto, la lepra de Naamán se os pegará a ti y a tu descendencia para siempre. Y cuando Guehazí se separó de Eliseo, estaba leproso, blanco como la nieve.