DANIEL 7:3-14
DANIEL 7:3-14 DHHE
De pronto, cuatro monstruos enormes, diferentes entre sí, salieron del mar. El primero parecía un león, pero tenía alas de águila. Mientras yo lo estaba mirando, le arrancaron las alas, lo levantaron del suelo y lo apoyaron sobre sus patas traseras, poniéndolo de pie como un hombre, y su cerebro se convirtió en el de un ser humano. “El segundo parecía un oso, alzado más de un lado que de otro. Tenía tres costillas entre los dientes, y oí que le decían: ‘¡Anda, come toda la carne que puedas!’ “El tercero parecía un leopardo, pero tenía cuatro alas en la espalda; también vi que tenía cuatro cabezas, y que se le entregaba el poder. “El cuarto monstruo que vi en mis visiones era terrible, espantoso y de una fuerza extraordinaria. Tenía grandes dientes de hierro; todo lo devoraba y lo destrozaba, y pisoteaba las sobras. Era un monstruo diferente de todos los que yo había visto en mi sueño, y tenía diez cuernos en la cabeza. “Mientras yo estaba mirando los cuernos, vi que de entre ellos salía otro cuerno más pequeño; y le arrancaron tres cuernos, para dejar lugar al último que le había salido, que tenía ojos como los de un ser humano y una boca que hablaba con mucha arrogancia. “Seguí mirando hasta que fueron puestos unos tronos y un Anciano se sentó. Su vestido era blanco como la nieve, y su cabello era como lana limpia. El trono y sus ruedas eran llamas de fuego, y un río de fuego salía de delante de él. Miles y miles le servían y millones y millones estaban de pie en su presencia. El tribunal dio principio a la sesión y los libros fueron abiertos. “Yo estaba mirando, atraído por las cosas arrogantes que el cuerno pequeño decía; y mientras miraba, mataron al monstruo y lo despedazaron. Luego lo arrojaron al fuego, para que se quemara. También a los otros monstruos se les quitó el poder, pero los dejaron vivir hasta que les llegara su hora. “Yo seguía viendo estas visiones en la noche. De pronto “Vi que venía entre las nubes alguien parecido a un hijo de hombre, el cual fue a donde estaba el Anciano. Le hicieron acercarse a él y le fue dado el poder, la gloria y el reino, y gentes de todas las naciones y lenguas le servían. Su poder será siempre el mismo y su reino jamás será destruido.